
:: María y Guillermo

:: nubes

El orden de las nubes
No hay un orden en las nubes.
Se generan de un modo azaroso,
se juntan o se separan
según soplen los vientos.
A veces forman siluetas curiosas
o crean un espectáculo admirable
en función de la luz que reciben.
Los expertos las clasifican por formas
y predicen su comportamiento
sin demasiada precisión.
Unas se quedan donde nacieron
y otras viajan miles de kilómetros.
Algunas provocan tempestades
o violentas inundaciones
mientras otras caen suavemente,
pero todas permanecen en la flor,
el arroyo, el trigal o el bosque
cuando ya nadie recuerda su forma.
Con las personas pasa lo mismo.
Pepe Ramos. A Rodrigo Córdoba in memoriam.
:: balneario

El balneario de La Conexión ha organizado esta temporada la novedosa actividad de pediluvio y maniluvio, que consiste en el baño de pies y manos durante un tiempo determinado en agua natural. Estos tratamientos se consideran beneficiosos para combatir enfermedades inflamatorias de las articulaciones y problemas circulatorios. Además de remineralizar la piel, mejorar la elasticidad de los tejidos y favorecer la disminución de las varices. Estos baños se aplican en la zona concreta de manos o pies. La temperatura del agua es de unos 36-37 ºC. En algunos casos, los pediluvios se combinan con la acción de la persona caminando sobre pequeñas piedras. De esta manera, se estimulan los receptores de la planta de los pies y se consigue un efecto de masaje. Beneficios: relajante y sedante, especialmente efectivo para dolores reumáticos y articulares.
El balneario de La Conexión trabaja con el Programa de Termalismo de IMSERSO social. para mayores de 65 años o receptores de una pensión del estado. El resort sólo tiene un objetivo: el bienestar. Y para ello pone a disposición de sus comensales las instalaciones termales y un equipo profesional de especialistas para el cuidado por dentro y por fuera.
:: sujetalibros


imagen::calber
Platero, tú nos ves, ¿verdad? ¿Verdad que ves cómo se ríe en paz, clara y fría, el agua de la noria del huerto; cuál vuelan, en la luz última, las afanosas abejas en torno del romero verde y malva, rosa y oro por el sol que aún enciende la colina?
Platero, tú nos ves, ¿verdad?
¿Verdad que ves pasar por la cuesta roja de la Fuente vieja los borriquillos de las lavanderas, cansados, cojos, tristes en la inmensa pureza que une tierra y cielo en un solo cristal de esplendor?
Platero, tú nos ves, ¿verdad?
¿Verdad que ves a los niños corriendo arrebatados entre las jaras, que tienen posadas en sus ramas sus propias flores, liviano enjambre de vagas mariposas blancas, goteadas de carmín?
Platero, tú nos ves, ¿verdad?
Platero, ¿verdad que tú nos ves? Sí, tú me ves. Y yo creo oír, sí, sí, yo oigo en el poniente despejado, endulzando todo el valle de las viñas, tu tierno rebuzno lastimero...
:: la condesa
«Detrás de un triste mulo comenzamos a entrar por el huerto, Don Emilio, el cura de Ajofrín para asistir a los oficios de la Virgen de Agosto y un servidor, adelante hasta el estanque. Hallábase la condesa, hermosísima señora, al borde de la charca vestida de unos monjiles anchos, al parecer de anascote batanado, con una toca blanca de delgado canequí, sobre el ribete descubría en campo de plata, una corona condal. Como si dijésemos la condesa granizada, y que de su propio apellido se llamó la condesa de Tocenaque, a causa de que se producían en su dehesa mantecados, por ser costumbre en aquellas partes tomar los señores la denominación de sus nombres de la cosa en que más sus estados abundan» (nota1*)

collage:: “La Sra Condesa tomando un frigopie” calber, 2021
El Archivo Condal de Cedillo pertenece desde hace más de cinco siglos a la familia de los Álvarez de Toledo. Fiel reflejo de su importante papel en la historia de Toledo y su comarca es el volumen de documentación de todo tipo generado o acumulado por esta familia y sus ramas colaterales durante centurias. La historia que quiero contar tiene que ver con los últimos Condes de Cedillo: María Josefina López de Ayala y Morenés, nacida en Madrid el 22 de octubre de 1900, viviendo 88 años, XVI Condesa de Cedillo, VII Vizcondesa de Palazuelos. Casó con Pedro Miguel Pérez de Ayala Infanzón de Illescas. En 1960 Le sucedió su hijo por cesión José Luis Pérez de Ayala y López de Ayala, pero este ya es otra capítulo. Quiero hablarles de un hallazgo, que tiene que ver con “la condesa”, revisando los archivos de mi familia, han aparecido unos papeles, en un viejo arcón, una escritura y unas notas de mi bisabuelo y de oficiales de justicia.
El documento en cuestión está encabezado con blasón de los López de Ayala, y viene siendo una escritura de compraventa de unos terrenos:
«En Tocenaque, a 15 de Agosto de mil novecientos cuarenta, reunidos de una parte y en concepto de vendedor María Josefina López de Ayala y Morenés, mayor de edad, Condesa de Cedillo, natural y vecina de Madrid y como comprador, D. Alejandro Sánchez Bravo, agricultor con vecindad en Tocenaque, han convenido en llevar a cabo el presente contrato privado de compraventa, al que dan toda la fuerza y valor de público bajo las siguientes estipulaciones […] Siendo la primera dueña en plena propiedad y dominio de la finca rústica, doce fanegas, en término de Tocenaque colindante de la dehesa del mismo nombre, en extensión aproximada de 12 fanegas, divididas en tres suertes. En cuyo momento se otorgará, por el vendedor, la correspondiente carta de pago de esta obligación».
Pero lo realmente interesante aparece en las anotaciones de la parte trasera, en la que mi bisabuelo escribe de puño y letra algunas impresiones sobre “la condesa de Tocenaque”, en realidad Señora de Tocenaque, Condesa de Cedillo; el día que fue a firmar el contrato de compraventa. (nota1*) Las otras notas sueltas tienen que ver, una sobre los requisitos a modo de curriculum insertadas por el alguacil del municipio, (nota2*) Otra con temas familiares sobre las finanzas de los “Cachivaches” (nota3*) Y por último una breve reseña histórica de la familia de la Sr Condesa.(nota4*)
El secretario del Ayuntamiento, hace constar: «A Alejandro “el Cachivache”, que así era conocido en el pueblo, le nacieron los dientes en el campo, a los 7 años ya arrancaba algarrobas al otro “lao” el río. Siendo hombre adulto es uno de los agricultores más despiertos del lugar, el que mejor conoce el campo de toda la comarca: las particiones, los términos, los propietarios, la clase, los tipos de tierra, los dueños, medianías, servidumbres. Su pericia le viene por varias ocupaciones que ha tenido, todas relacionadas con la tierra: A parte de su huerta y las olivas, es porteador de los cazadores en las etapas de caza. Sembrador de zanahorias para la cooperativa de la verdura, asistiendo a todos los socios. Por último está la recogida del grano, es un segador extraordinario, que tiene un método especial para combinar, siembra, barbecho y rastrojo, que lo hace uno de los productores de mayor éxito. Se dedica también a trabajar para la cooperativa del secano, ayudando a la cosechadora en la siega, transportando el grano. Es experto en la localización de terrenos, en fin, como él dice: “si a mi edad no voy a conocer el campo”. Y para que conste doy fe y firmo» (nota2*)
Alejandro Sánchez Bravo, 1881-1972 y Cándida Barahona Ramos,1885-1973* matrimonio, mayores de edad, vecinos de Tocenaque dueños de: seis fanegas vecinas al Convento franciscano de la Oliva; 4 fanegas arrendadas a Don Julio Cabañas Caballero (1862–1930) en la vega del Guadarrama; varias vacas y gallinas; 9 hijos entre machos y hembras que trabajaban todos por igual. En resultas de las fatigas de toda la familia, proceden a comprar algunos terrenos en la comarca. En lugar de hacerse con la vega arrendada que el Dr. Cabañas ofrecía a todos los arrendatarios, como acto en defensa del proletariado o del pobre, “… mejor dar trabajo a limosnas, y cultura a ignorancia” decidió adquirir otras tierras que más le convenían. A saber: 12 fanegas junto a la dehesa de Tocenaque, que posteriormente, le sobrevivieron y se dividieron en 3 suertes, les tocaron respectivamente a su nieto Fernando Sánchez, a una hija, Ángeles de Lominchar y a su hijo Francisco; 6 fanegas en camino Cabañas, donde hizo la primera huerta; 8 fanegas al final del camino del río Guadarrama, estas últimas le tocaron a su hijo Isabelo en suerte, (que hizo los lotes y que gravó con 100.000 pts. por ser de mayor extensión) junto con el gravamen añadido, que ironías del destino, pagó con gusto, pues así era su sentido de la justicia. Los hijos varones creyeron tener derecho prioritario sobre las huertas, porque sobre ellos recayó la construcción de los pozos, pero el matrimonio encontró justo el sorteo pues hombres y mujeres trabajaron la tierra por igual. (nota3*)
*Cómo es la vida, 88 años vivió la Condesa de Cedillo y 88 años, Doña Cándida, nuestra condesa familiar, mujer voluminosa, vestida de riguroso luto, sentada en lo que imagino como en un trono, en el fondo de una sala, a la que acudíamos todos sus descendientes, en audiencia, como si se tratara de la matriarca de un clan en blanco y negro.
Historia condensada de los Condes de Cedillo: «Es complicado presentar el relato genealógico de toda una familia, una casa condal toledana: la de los Condes de Cedillo, título intermitente, en su primera raza, o sea la del linaje de Álvarez de Toledo, y sus agregados los de Ajofrín, Bocanegra, Ponce de León y Luna. Posteriormente Título y Casa pasaron a los López de Ayala. Se trata de uno de los linajes toledanos más distinguidos, cuya figura principal fue Hernándo Álvarez de Toledo, Señor de Cedillo y Tocenaque, y gran secretario de los Reyes Católicos, en cuyo reinado fue protagonista y engrandeció a su prole. El condado de Cedillo es un título de nobleza que fue otorgado en 1624, por el rey Felipe IV a favor de Antonio Álvarez de Toledo y Heredia Ponce de León y Luna, III Conde de Cedillo Señor de Moratalaz, Tocenaque y Manzaneque, notario mayor del Reino de Granada, patrono de la Universidad de Santa Catalina, nacido en Olías hacia 1570. Desde sus orígenes la Casa de Cedillo estuvo adscrita al linaje toledano de la casa de Toledo; una línea agnada, pero ilegítima, de los condes de Fuensalida». (nota4*)
:: síntomas leves e imaginarios
Las cosas que me preocupan no son importantes y esa cancioncilla me resuena en la azotea. A medida que pasa el tiempo esto se agrava. Todo lo que me ronda está relacionado con la preocupación excesiva con respecto a la nada, a “la perfección del Arte y el deleite de la Naturaleza”. No tener cabeza para lo fundamental me parece un atraso, un error, una incongruencia y por eso me pasa todo lo que me pasa. De vez en cuando también acude Peter Pan a escena y se me ocurren este tipo de entradas, nada random, para estos temas sí que tengo actitud y me pongo al frente del autoanálisis minucioso.
Boomer: adj despec. Persona antigua con independencia de la edad. Ej. Ok, boomer te han salido a colación pequeñas cositas que en la juventud no sabías ni que existían. Léase, lunares, quistes, heridas, ardores, incluso los latidos del corazón y los movimientos involuntarios. Por no hablar de las sensaciones físicas no muy claras: que no veo bien de lejos, de cerca, que no oigo, que ensancho, que se me incendian las rodillas, que no siento ni padezco.
No descarto la posibilidad de que realmente me hallan amputado el cerebro. En muchas ocasiones centro mi atención en síntomas leves e imaginarios y no en conseguir una vida plena. Solo me quedo tranquilo durante un momento mientras duermo, pero mi preocupación por lo general vuelve de nuevo a la mañana siguiente. Alguien de la generación Z llama en mi cabeza, otra vez la contradicción, toc toc, soy un trastorno obsesivo-compulsivo. Me queda el paisaje, pensamientos talados, recurro a los árboles, a las sombras. Pienso: no es tan grave, y me refugio en el hueco de lo que he sido.

— Situado en la esquina del Paseo del Prado con la Carrera de San Jerónimo, Construido en el siglo XVIII tomando como base varias viviendas del XIX.
— El palacio fue diseñado por Silvestre Pérez en 1783 a petición de María Manuela Pignatelli de Aragón y Gonzaga, duquesa de Villahermosa, y terminado por Antonio López Aguado en 1806.
— Curiosidad histórica, es el inmueble donde el Duque de Angulema residió al llegar a Madrid en 1823 al frente de los Cien Mil Hijos de San Luis.
— El compositor Franz Liszt tocó el piano en uno de sus salones en 1844 (según atestigua una placa colocada en su fachada de la Carrera de San Jerónimo)
— En el decenio 1846-56 los duques alquilaron la primera planta del edificio como sede del Liceo Artístico y Literario de Madrid, fundado en 1837 por José Fernández de la Vega (1803-1851).
— El edificio fue comprado en 1973 por la banca López Quesada y transformado como edificio de oficinas y el tejado se modificó para ganar altura en las buhardillas
—Tras la quiebra del banco, en 1980 el edificio pasó a manos del Estado español, y en 1984 se adscribió al Museo del Prado
— Su rehabilitación final como sede del Museo Thyssen-Bornemisza fue diseñada por Rafael Moneo e inaugurada en octubre de 1992.
— En 2004, se le sumaron dos edificios colindantes de línea moderna, a modo de ampliación. El edificio consta de tres plantas y combina armónicamente en la fachada la piedra y ladrillo visto.
— La inscripción que remata la fachada del jardín dice en latín: María Manuela, Duquesa de Villahermosa, unió en este lugar la perfección del Arte y el deleite de la Naturaleza.
:: gamo
¡La voz de mi amado!
Vedlo, aquí llega,
saltando por los montes,
brincando por las colinas.
Es mi amado un gamo,
parece un cervatillo.
Vedlo parado tras la cerca,
mirando por la ventana,
atisbando por la celosía.
Habla mi amado y me dice:
«Levántate, amada mía,
hermosa mía y ven.
Mira, el invierno ya ha pasado,
las lluvias cesaron, se han ido.
Brotan las flores en el campo,
llega la estación de la poda,
el arrullo de la tórtola
se oye en nuestra tierra.
En la higuera despuntan las yemas,
las viñas en flor exhalan su perfume.
Levántate, amada mía,
hermosa mía, y vente.
Paloma mía, en las oquedades de la roca,
en el escondrijo escarpado,
déjame ver tu figura,
déjame escuchar tu voz:
es muy dulce tu voz
y fascinante tu figura».
Lectura del libro del Cantar de los Cantares 2,8-14

Lectura para una boda religiosa: el texto más romántico:
«Palabras que parecen escritas para nosotros, que narran con detalle nuestra historia de amor, con gran significado para toda la gente que nos acompaña en el gran día. La ceremonia será, sin lugar a dudas, uno de los instantes más emocionantes del día de nuestra boda. El momento en el que por fin nos vamos a convertir en marido y mujer ante la atenta mirada de todos nuestros familiares y amigos. Además de pensar en la decoración y la música que no faltará en la iglesia, es fundamental detenerse en los textos bíblicos que más ilusión nos haga escuchar. La primera lectura suele estar relacionada con el amor y su significado, mientras que la segunda se trata, normalmente, de una carta evangélica. ¡Esta fue nuestra elección!» _María de Guiller
«El Cantar de los Cantares nos descubre el profundo gozo que experimentan el Amado y la Amada en su recíproco amor. El Amado, así es Dios, busca al hombre, quiere atraerle hacia sí. Y la Amada, así es el hombre, así debería ser, le recibe, le acoge emocionada. Todo un Dios, que guiado por su loco amor hacia el ser humano, es capaz de hacerse hombre, venir a nuestra tierra para declararnos su amor e intentar ser correspondido». _Fray Manuel Santos Sánchez O.P. Convento de Santo Domingo
:: año nuevo
Es invierno y año nuevo.
No te conoce nadie.
Lejos de las estrellas, de las lluvias de luz,
yaces bajo el clima de las piedras.
No existe un hilo que te traiga de vuelta.
Tus amigos dormitan en la oscuridad
del placer y no logran recordar.
No te conoce nadie. Eres vecino de nada.
No ves la lluvia cayendo y el hombre alejándose,
el viento sucio soplando sus cenizas a lo largo de la ciudad.
No ves al sol arrastrando a la luna como un eco.
No ves al corazón herido estallar en llamas,
las calaveras de los inocentes convirtiéndose en humo.
No ves las cenizas de la abundancia, las miradas sin luz.
Ya ha pasado. Es invierno y año nuevo.
Los sumisos están arrojando sus pieles al cielo.
Los desesperados están sufriendo el frío junto a quienes nada
tienen que esconder.
Ya ha pasado y nadie te conoce.
Hay luz astral a la deriva sobre el agua negra.
Hay piedras en el mar que nadie ha visto.
Hay una orilla y la gente espera.
Y nada regresa.
Porque ya ha pasado.
Porque hay silencio en lugar de un nombre.
Porque es invierno y año nuevo.
"Elegía a mi padre” - 6 “ El año nuevo" Windhover, 1978

::el 29 de noviembre de 2014 murió Mark Strand, cada año a finales de mes conmemoro también el aniversario del blog, y renuevo el diseño de la cabecera de “lo último, por amor al arte” como acto de regeneración. Esta elegía está dedicada a su padre, Robert Strand 1908-1968. «Es invierno y año nuevo», queda atrás un tiempo de incertidumbre en que otro padre fue importante, en el blog dejé constancia de ello y de otras cosas comunes. Una de las cualidades que adoro de la poesía de Strand es su forma de contar lo ordinario, y como a fuerza de indagar en ello lo transforma en extraordinario. «No te conoce nadie» dice, como presagio. Nadie conoce a tantos que faltan, nadie conoce ni a los que quedan. A pesar de tener cientos de seguidores, me queda la sensación de vacío, que nadie se percata de lo que realmente ocurre en el “amor al arte” y esa idea es contradictoria y paralizante. Algo parecido a lo que Strand llama “lo casi invisible”. Me basta releer la elegía para imaginar lo que quiero recordar del año viejo, del pasado. Y también lo que quiero celebrar justo ahora que estamos entrando en el año séptimo del blog, en el año nuevo. «Y nada regresa», sí, disfrutemos pues lo que tenemos.
______________________ aniversarios:
- _ strand #0_2014 :: cosas_juntas
- _ strand #1_2015 :: STRAND
- _ strand #2_2016 :: carta
- _ strand #3_2017 :: renovación
- _ strand #4_2018 :: highlighter
- _ strand #5_2019 :: blanco
- _ strand #6_2020 :: año nuevo
- _ strand #7_2021 :: old man
:: coronavirus 2

“Estar viviendo un sueño o una película de ciencia-ficción” ha sido una reflexión hecha meme recurrente y cansina. Y hasta las citas de El Quijote nos sirven como cuña de los mensajes vigorizantes y de las bondades del #YoMeQuedoEnCasa. Para mí, un acaparador de “detallitos culturales”, un “Diógenes del pantallazo”, estos días están siendo muy intensos, inputs visuales por todas partes. Así mi cabecita loca anda perdida. Incluso antes del confinamiento la red ya estaba a tope de listas, links a toda clase de libros, películas, recursos educativos y recorridos virtuales. ¡Una explosión de contenidos, de luz y de color! Y la verdad, no me da la vida, ni para leer de soslayo la acumulación, lo del teletrabajo no está aún bien desarrollado.
Y entre tanta merdé, en tiempo de coronavirus, me topé con un tweet de Ferran Toutain, sobre una “sociedad de la imitación, donde no hay reflexión”. Parece que no sentimos de verdad, porque todo lo hemos visto ya en la tele, en el cine. Frente a cualquier cosa que nos pasa, ya tenemos unas pautas de conducta aprendidas de forma inconsciente. Pero también hay gente que reacciona de forma sorprendente, unos piensan que llega el apocalipsis y otros se toman todo a guasa. En medio la sociología entra en barrena y el WhatsApp colapsa. Creo que nos hemos dividido en dos compartimentos, el que está pendiente de la curva, del volumen de infectados o de los balcones. Este lo controlamos vía telediario, que dan ganas de apagar todos los aparatos que nos rodean. Y luego está el espacio de lo personal (en realidad habría más subdivisiones, pero este es un post pseudocientífico, por lo que abrevio) en el que lo importante es nuestra salud, o debería empezar por los demás, y el bienestar de nuestros seres queridos. Estamos pendientes del teléfono, de las video conferencias, (estamos aprendiendo a desdoblar pantallas, a añadir gente diversa en los móviles, en plan Blade Runner que da gusto) saber el último parte vírico de la familia, si tu padre tose, tu madre tiene décimas, tu hermano se marea, o si la abuela fuma. Estamos hiperpreocupados por el fantasma de los respiradores, de las mascarillas que nos faltan, del 900 que nos pone en espera, del microbio que acabará con nosotros como chinches.
Entre tanto sudor frío, me pongo a ver fotos del álbum familiar, en plan “dramas”, por si no vuelvo a vivirlo. Y es que ya voy conociendo casos reales de gente cercana en el hospital. Con esto del amor que la nueva sociedad tiene por sus seres queridos, también me surgen dudas. Los nuevos padres siente “amor Instagram” por sus cachorros, amor del bueno, mientras que los “padres viejos” pareciera que ni siente ni padecen, como si ellos hubieran vivido una vida ajena al concepto “felicidad”. Una lógica contradictoria e injusta. Quizá lo que pasa es que estos días tengo mas tiempo (a pesar de estar petado con el teletrabajo) para meditar. Cuando hablo con mi padre, hay veces que pienso que está tan pachucho que no lo volveré a ver nunca y otros me da la sensación de que es un roble y se la suda todo. Seremos así los humanos. Y aquí entra el tema “neuras”, sugestión, un capítulo para explorar. Me acuesto la siesta completamente torturado, convencido de que estoy infectado y con síntomas graves y me levanto como si nada y el confinamiento ni lo noto. Y eso me hace sentir bien y mal a la vez. Resulta que yo he vivido los últimos años en estado de alarma sin saberlo, (esto daría para otra entrada) así que ahora para estar a la altura, en casa, tenemos que apretar el culito y ya vamos por el de excepción, desinfección en grado 2.0. Una pandemia es una experiencia tremenda, única, universal. La introspección, es una fase loca para unos y vulgar para una minoría que vivimos siempre en lo íntimo. Me han pasado tantas cosas estos días que parece que he hecho un viaje. Una de las más sorprendentes es como me está dando el fenómeno para vivir la vida de otros, y por consiguiente para sufrirla también, desde aquí, desde mi cuevita. En el pánico, me abrazo a mi gato, suerte que la OMS ha dicho que las mascotas no transmiten la bacteria, y los dos ronroneamos recordando a tanta gente maravillosa.
Hoy he asistido a un concierto telemático de María Jiménez, resucitada, lo de “sensación, de tenerte dentro de mi corazón” no va de gérmenes. Lo que estamos interiorizando es un cambio de lo que es importante, y aquí puedo introducir toda una melé de conceptos con temática autoayuda, y coja cada uno lo que quiera: “conocerse mejor”, “valorar lo que tenemos”, “mirar por el mundo, por los animalitos”, “salir de nuestra zona de confort”, “enfrentarnos a la vida con energía”… y así hasta la curación total. Lo que viene es la ausencia de un tiempo, quizá, una realidad que va a cambiar porque faltará mucha gente, lo que esa gente imaginaba o sentía, muchos seres queridos que se irán para siempre. Por eso, todo esto lo pienso y no lo pienso por momentos. Parece ser, que “la vida está hecha de alegrías y penas a partes iguales y cada una tiene su función. Yo antes creía que mi objetivo como ser humano terrícola era llenar mi universo de muchísimas alegrías y evitar absolutamente las penas, pero he aquí, que el equilibrio es la virtud, como en tantas cosas, la forma de valorar la alegría es saber sobrellevar la pena, que tiene un efecto potenciador.
Voy a terminar con la enésima contradicción, mandando un mensaje de ánimo a todos los que me leéis (que sois tantos, la mayoría asintomáticos y que os multiplicáis como los bichitos de forma exponencial). Quería deciros que os quiero, que ha sido una vida bonita, más de lo que creía, a pesar de mis torpezas, de mis quejas, de mi actividad paralizante, de mi buen humor enmascarado, de mi positivismo negativo. Ya sabemos como acaba El Quijote. A pesar de todo, se os va a echar mucho de menos, quiero decir que espero que me echéis mucho de menos, si este coronavirus acaba con mi mundo, anterior.
:: tío david
con un pie mareador
silbador
quien lo ve
toca de a poco
en caricia
le pone al cuerpo ballet
levanta el balón
lo empuja
lo resbala
lo mima con una gana
lo enrolla con otro pie
le da una vuelta
en el aire
de taco
que ni se ve
la vuelve
le cae al pecho
que para
cae
resbala
su pierna
de forma rara
la hace morir en el pie
que la pisa
si dormida por el suelo
la toca
y levanta vuelo
la pelota y el ballet
que en avance
con un pique
le dice que se le achique
la guarda
que en el zapato
del otro que ni la ven
se da vuelta
y no la tiene
está saltando
en el aire
le dice con la cabeza
que va el otro
que la deja
que la espera en otro pie.

