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:: Metaverso - DISIDENCIAS

 
imagen::calber

Programa Metaverso dedicado al libro colectivo DISIDENCIAS. Juan Suárez. Un espacio de dedicado a la poesía contemporánea y los nuevos lenguajes. Los versos que viajan entre bits.
Disidencias (VVAA, ed. El Sastre de Apollinaire)
No duden en hacerse con este maravilloso libro disidente en estado puro, aquí.

Agustín Sánchez Antequera nos presenta una muestra de los trabajos que se reúnen en «Disidencias», una antología de poetas en la que “aparecen nombres poco habituales en los premios, festivales, certámenes, congresos y saraos de la Santa Madre Poesía española”. Pura disidencia estética, ética y hasta social.
 
A parte de las músicas con las que ambientamos los textos podrás escuchar estas piezas y canciones:
Diferente - Gotan Project – Lunático
Save me (Aimee Mann) - Nubla - Multiplexpo
Creo que puedo hacer algo - Mabe Fratti - Pies sobre la tierra
Divergente - Fran de Lobster - Absurdos Estribillos EP

PROGRAMA COMPLETO AQUÍ





:: disidencias

imagen::calber

Lo importante está en el interior, pero cuando hablamos de libros (sobre todo de poesía) la portada se vuelve un elemento fabuloso; capaz de sugerir, de atraer, a veces incluso de provocar. Es una carta de presentación y una invitación a ser abierto. Para calber ha sido un gran reto profesional el diseño de la cubierta de la antología “Disidencias” de El sastre de Apollinaire, una editorial exquisita que cuida con mimo su imagen. Hemos hablado por aquí, en alguna ocasión, sobre la importancia del envoltorio, “diseño gráfico a go-gó”, que diría el editor.  Para entender el concepto detrás de la portada tendríamos que adentrarnos en el principio pAcA que nos trasmitió el Consejo de redacción. La gráfica necesita la imagen de algo para representar ese algo, por ejemplo, la imagen de una cabeza para transmitir la idea de cabeza. Sin embargo, eso no es posible para representar la idea de “no cabeza” o “cerebro” o incluso conceptos abstractos como disidencias o constelaciones, que no podían ser visualizados gráficamente por haberse revelado ambiguos desde los comienzos de la producción de esta antología. El portadista se ha valido, sin embargo, del principio pAcA mejorado para transformar la ilustración en palabras escritas. Surge así la idea de que una cabeza voladora pueda representar más que el objeto-libro o incluso llegar a sobrevolar e iluminar los poemas. 

Diseñar esta portada se ha convertido en un encargo muy gratificante.  Hemos recibido felicitaciones por doquier, el equipo de redacción y por supuesto los poetas antologados, inéditos y amigos no han escatimado en alabanzas, seguramente inmerecidas. El objetivo de nuestro estudio era realzar la potencia poética de este libro-fantasía, cuestión ciertamente difícil, así como incrementar la venta del producto. Las editoriales cada vez prestan más atención al aspecto visual, e invierten más en crear frentes atractivos y elaborar esquemas propios que hagan reconocibles sus títulos. En este sentido, tomamos en positivo las palabras de Ángeles de las Mercedes, directiva de la fundación ABBA, vinculada al proyecto, que ejerció gran presión apoyando el diseño final: “la cubierta es lo suficientemente importante como para ser mencionada, los libros entran sobre todo por los ojos”. Traemos a colación, un discreto elogio de un ejecutivo de Penguin Legadum House, que ante la nueva criatura comentaba: “Ojalá te hubiera contratado para la editorial. Haces unas portadas preciosas”, lamentando haber dejado pasar la oportunidad, en este mercado de titanes. Sin embargo, lo que aparece externamente puede no ser cierto. No creamos todo lo que vemos y oímos. Quizá como decían The Monkees: “You Can’t Judge a Book by the Cover”. Para comprobarlo no duden en hacerse con este maravilloso libro disidente en estado puro, aquí.

:: cabecita

Amaya
Martina
Lucía
Valentina
Emma
Claudia
Carla. Aquí estoy tumbado boca arriba, estaré así una hora, me están haciendo una prueba de cabeza. No puedo moverme, tengo cuatro electrodos conectados, uno en la frente, dos tras las orejas y el último en la punta de la nuca. En este hospital ya he estado otras veces, aquí nacieron mis sobrinos también. Por los cascos oigo sonidos acuosos, batir de alas. Es difícil estarse quieto sin motivo, como soy medio aprensivo quiero saltar, toser, gritar.

Irene
Isabella
Valeria
Daniela
Sofía
Elena. Sigo obediente las instrucciones de la enfermera: “ponte cómodo, puedes dormirte”. Sueño con ataúdes, trago saliva, no termino de encontrarle acomodo a los brazos, me estoy teletransportando, me palpo un bolsillo, saco a cabecitagreen, la escondo en mi mano. Me queda un montón de estar así, sobre la marcha invento un método de relajación, un “mindfulness express”, muevo el amuleto entre los dedos muy despacio para que los cátodos no detecten nerviosismo, como si fuera la cuenta de un rosario metafísico, la aprieto compulsivamente, con los ojos entornados, me pongo a pensar un nombre como el que reza una oración.

Marta
Alba
Abril
Gala
Ada
Leire


imagen::calber

Ni rastro de tos, me quedo un rato más, el conteo da resultado, el tiempo es una historia interminable. Me encontré a cabecitagreen debajo de un banco el día 3 de febrero, me acuerdo porque era San Blas. Es fiesta en el pueblo de mis abuelos, al verla pensé: “por San Blas la cigüeña verás”, tuve esta revelación, una especie de señal. En mi cerebro se producen a menudo este tipo de conexiones (por eso me estoy tratando la cabeza, by the way). Es una muñeca muy simpática, no hay más que verla, verde, pizpireta, hecha de play-doh, mullidita, da gusto acariciarla, quererla. Colecciono litttetoys, son alegrías diminutas, talismanes de la suerte. Los sonidos cambian de ritmo bruscamente, la enfermera maneja los chakras junto a la camilla, intenta limpiarme los canales de energía. Otra vez no siento las piernas, se me duerme todo. Vuelvo con lo del nombre, busco uno original, con un significado especial, que sea tendencia en 2019. Intento guiarme por el santoral: “Blasa Green”, no me convence.

Lía
Celia
Laia
Charo
Rocío. Me he quedado transpuesto, la boca seca, muevo los dedos de los pies, estoy perdido. La enfermera me avisa, hemos terminado, dice que me he portado bien, me da cita con el Neurólogo. A veces pienso que nada se mueve y de pronto la madre naturaleza, la casualidad te pone frente a la luz de nuevo, ante la esperanza, delante de una ilusión. La cabeza no deja de funcionar y por eso lo hace también el corazón. Me encuentro mucho mejor, no hay ruidos invasivos de fondo, el sistema nervioso central ha desconectado, oigo sólo una voz, cabecitagreen es una idea, un proyecto que nos hará felices, quiere saber cómo la nombro.

Oliva
Marcela
Elisa
Daniela  

:: hacer

imagen:calber

El pensamiento precede a la acción, pero a veces también la bloquea. Vivimos en una sociedad saturada de información y estímulos que paradójicamente nos desmotiva.  Vivo buscando obstáculos en la trayectoria de la embarcación, mido la profundidad del agua, viro el timón en el puente de mando, hago uso del equipo de emergencia según las órdenes de mi supuesto capitán, despliego y aparejo la carga. Todo de forma automática.

Los pensamientos pasean por mi cabeza a una velocidad descomunal que a veces no soy capaz de asimilar. Esto, como todo, tiene partes positivas y negativas. La parte mala es la procrastinación, pensar mucho y hacer poco, no saber por donde tirar. Por eso uso papel y lápiz o las notas del móvil, todo para que las ideas no se pierdan. Vuelvo al curro otra vez de forma autómata, repaso:  Hacer guardia en la proa para localizar boyas y faros, estar pendiente del timón, verificar la precisión del rumbo, eliminar el óxido, tratar y pintar los laterales del barco, hacer una revisión general de los botes salvavidas, colocar y arriar la bandera.


Aunque algunas tareas parezcan imposibles, todo es ponerse. La clave está en “hacer”, pensar menos y hacer más. Y no perder la cabeza.

:: cabeza perdiz planta búho


foto:nicolás barahona

La cabeza se emancipa, 
rueda hacia el fin del cuerpo, 
en el hambre, en la perdiz. 

Desear un árbol, o lo cotidiano, 
regar las plantas y vestir un búho, 
en la noche, 
otra vez de felicidad y de suerte.


carlos sánchez alberto