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:: primavera

imagen::calber & Mr wonderful

En medio de la desesperación, la dopamina late en el pecho con intensidad, anunciando una nueva etapa de exploración, en esta primavera llena de dramas. El sol brilla en el cielo claro, las flores despiertan de su letargo invernal, como un renacer tras un oscuro reparo, me sumerjo en la promesa de un cambio vital. Las hojas danzan al compás del viento, y me dejo llevar por este comienzo, dejando atrás el peso del sufrimiento, abrazando la esperanza con fervor. En medio de este paisaje lleno de color, encuentro la fuerza para seguir adelante, con la certeza de que el tiempo, me guiará hacia un futuro. Poema encontrado en internet de Artemisa Interina y Mr wonderful. 

imagen::CSA & Mr wonderful

Estrategias para superar dramas. El tratamiento con primavera, resulta fundamental para superar un drama. Pero además, hay algunas estrategias que pueden ayudar a mejorar el bienestar general. Estrategias que las personas del círculo más próximo pueden fomentar activamente. Mantenerse activo, realizar actividades agradables en nuestra vida diaria es fundamental para el bienestar emocional. Podemos cambiar nuestras emociones negativas realizando actividades que nos gustan. Este tipo de actividades actúan sobre nuestro estado de ánimo como una especie de “vitaminas emocionales”, que nos hacen sentir bien. Por tanto, es esencial encontrar el tiempo para hacer cosas que nos gustan. Después, conviene planificar de forma realista para dedicar un momento cada día a realizar algunas de esas actividades agradables. Es normal que al principio a las personas con dramas les cueste un poco. Pero más les vale no caer en la “trampa” de esperar a encontrarse mejor para comenzar a hacerlas. El único modo de romper el círculo vicioso de no tener ganas de hacer nada, de sentirse apático, es empezar a hacer actividades.

:: love and pizza

imagen::calber

“Si no quieres sufrir, no ames pero si no amas para qué quieres sufrir. Amar es sufrir. Para evitar el sufrimiento se debe no amar. Pero entonces se sufre por no amar. Luego, amar es sufrir, y no amar es sufrir. Sufrir es sufrir. Ser feliz es amar. Ser feliz es, por tanto, sufrir. Pero sufrir hace que uno no sea feliz. Así, para no ser feliz, se debe amar, o amar para sufrir, o sufrir de demasiada felicidad… ¡Espero que estéis tomando nota!”. Una especie de laberinto sin salida…»  Woody Allen en “Love and Death”


imagen::calendario by Mr Wonderful


:: vida dulce

imagen::calber

Life should be sweet, otherwise what a life, what an outrage. Lord, Lord, what pedantry.
La vida debe ser dulce, sino vaya vida, qué barbaridad. Señor, señor, qué pedantería.

imagen::calendario by Mr Wonderful


    «Había una vez un chocolatero llamado David. Desde que tenía uso de razón, su pasión era el chocolate. Pasaba largas horas en su pequeña chocolatería, trabajando incansablemente para crear los dulces más exquisitos que nadie pudiera imaginar. Para él, la vida debía ser dulce, como un bocado de chocolate recién salido del horno, sino vaya vida. Un día se encontraba absorto en su tarea cuando, de repente, escuchó una voz que venía desde la puerta de su tienda. "Señor, señor, ¿me permite pasar?". David levantó la vista y se encontró con un hombre bien vestido, con una expresión arrogante en su rostro. David se sorprendió por su presencia pero lo invitó a pasar. El hombre caminó por la tienda, mirando todo con aire de superioridad. Finalmente, se detuvo frente a una de las vitrinas, sus ojos se iluminaron al ver la variedad de delicias de chocolate. "Vaya, vaya, qué barbaridad", exclamó el hombre con una mezcla de sorpresa y desdén en su voz. "La vida debe ser dulce, ¿verdad? Pero permítame decirle, señor chocolatero, que esto es pura pedantería".
    David quedó perplejo ante tales palabras y, aunque lo hirió un poco, decidió mantener la calma y escuchar al hombre. "La vida debe ser dulce, es cierto. Pero no solo en el sentido literal", continuó el hombre. "Es importante aprender a disfrutar de los pequeños momentos, de las sonrisas que regalamos y recibimos. Si no sabes por dónde empezar, empieza por sonreír". El chocolatero reflexionó sobre las palabras del hombre. No podía negar que algunas veces se había dejado absorber completamente por su trabajo, olvidando aquellos momentos de alegría y conexión humana. Había descuidado las sonrisas. 
    Desde aquel día, David incorporó algunos cambios en su vida. No solo creaba dulces exquisitos, sino que también se aseguraba de compartirlos con una sonrisa genuina. Aprendió a disfrutar de los momentos simples. Así fue cómo David comprendió que la vida debía ser dulce, pero no solo por el chocolate. La verdadera dulzura radicaba en la capacidad de sonreír, en encontrar el balance entre el trabajo y el disfrute de los momentos simples. Y así, la vida de David se volvió verdaderamente dulce, en todos los sentidos de la palabra». 
Relato encontrado en internet de Artemisa Interina.

imagen::laura