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:: metaesfera roja

 
imagen: Rincón creado por calber, con muestra de obras 2019 (de izq. a der.)

1 “Metaesfera roja” de Jean Degottex, 1965. Técnica mixta, collage y acrílico. Versión de calber
2 “N_A_L_C” Fotografía por Bel Merino
3 “69” Dibujo digital 2019 por calber
4 'Comediante' de Maurizio Cattelan, 2019. Instalación recreada por calber (Original, 5 ejemplares de plátano pegado a la pared con cinta adhesiva vendido por 120.000 dólares en Art Basel Miami Beach)
5. “fall in love with Xmas” grabado a tres tintas 2019 por calber



::esta Nochebuena hemos cenado toda la familia en casa de mis tíos de Panamá. Lo pasamos en grande. En mi caso ha sido un colofón magnífico para este año pues me he reencontrado con uno de mis tesoros de la infancia. Ya lo mencioné por aquí a propósito de un maletín. Un libro de pintura, que mi tío de Panamá me prestó, cuando comenzaba a hacer mis pinitos. Lo tenía descatalogado: “Pintando al óleo” de Juan T Comamala. Ediciones ceac 1977. Subimos al ático en su búsqueda y efectivamente lo encontramos. Ahora le doy gracias a mi tío, que en su sensatez no me lo entregó, y lo ha conservado todo este tiempo. Abrí el libro y allí encontré todas aquellas estampas que copié en su día, para practicar. El libro es ahora una pieza retro que he conseguido en “todocolección”, un regalo perfecto de navidad. Cita Comamala en su prólogo a Picasso: “Yo no busco. Encuentro” y a un libertador de Argentina: “No pinta quien tiene ganas, sino quien sabe pintar” Y dice que en esas dos frases podría condensarse toda la posible enseñanza de la pintura. “Ninguna enseñanza del mundo puede hacer de alguien un pintor”. Así debe ser y es aplicable a todas las artes en general. A estas alturas, por pensamientos como este, me planteo dar un giro a mi carrera.

El caso es que yo reproduje una obra que ilustraba ese libro sin quedarme con los detalles. Esta pintura ha sido un referente visual y cuelga de las paredes de mi casa. Permanece allí como un enigma sin resolver, iluminando todo lo que no aprendí. He estado buscando mucho tiempo su autor sin éxito. Por fin esta nochebuena con el hallazgo del libro se resuelven varios misterios. Se trata de “Metaesfera roja” de Degottex, 1965. No he conseguido encontrar por internet una reproducción más luminosa de la obra por lo que no estoy seguro de su tono real. Sí que he visto otras pinturas del autor y videos sobre su obra. Reflexiono sobre las idealizaciones, la memoria, los recuerdos de la infancia y demás temas recurrentes. A mi sobrina le han regalado otro gran maletín con cuatro tipos de pinturas, toda una conexión. Siempre las conexiones que por influencia de las fechas en que estamos y por ser un motivo recurrente obviaré, porque esto me daría para otra entrada. Estoy muy feliz con mis autoregalos, el libro y la “metaesfera roja” que han desatado tantos interrogantes. ¡Buscando he encontrado!

 

Jean Degottex (Sathonay-Camp 1918, París 1988) es un pintor francés abstracto de formación autodidacta, comienza a pintar en 1938 en un estilo de abstracción geométrica. Su trabajo pasó gradualmente del gesto y el signo a la escritura, y luego a la línea. Se inspiró en la caligrafía del Lejano Oriente, en la filosofía zen y en el surrealismo de André Masson para lograr la eliminación del tema creativo.

En la posguerra desarrolla una abstracción lírica muy personal, automatista (como celebra Breton en el prefacio de una exposición en 1955) y de una gestualidad agresiva, progresivamente despojada de elementos secundarios, expresiva de un mundo interior místico que se concentra en los temas del espacio, el tiempo y la luz, con fondos monocromos en los que dispone signos y trazos caligráficos de color negro.

Las influencias de la caligrafía china y del dripping expresionista son evidentes en estas pinturas y en muchas más de los años 60. Sus obras de madurez, que comienza a exponer en la Galerie International d’Art Contemporain (1960), buscan la inmediatez, como muestra, su serie “Metaesfera”, como “Metaesfera roja” (1965), un gran óleo sobre tela (280 x 120), con una esfera roja sobre fondo anaranjado y grafismos negros, de trazo libre e ínfimo, con salpicados.

Participó también en el movimiento de diseño gráfico que acompañó a mayo del 68. En 1969, trabajó con el arquitecto Jean Daladier para diseñar casas abovedadas. En 1981 recibió el tercer Gran Premio Nacional de pintura. Sus últimos grandes trabajos, Lignes-Bois (1985) y Contre-Lignes Bois (1986), son considerados entre los más exitosos.

:: maletín

De pequeño yo era muy de pintar, aún sigo muy unido a un maletín Fime de madera lustrada que contenía mis primeros óleos, pinceles y espátulas y una paleta de madera rectangular Mabef que aún conservo. Todo un kit que me dio grandes alegrías. Me lo regalaron mis tíos que vivían en Panamá y por aquel entonces, esa caja era un tesoro. Mi tío me prestó también un libro de cómo pintar al óleo, una guía práctica a través de sencillos ejemplos llenos de inspiración. Comencé a trabajar las diferentes técnicas, la perspectiva, las luces. Al principio copiaba las estampas de los maestros que ilustraban el libro. Tras mis primeros pinitos tuve que devolvérselo porque debía ser un ejemplar bastante cotizado y no era cuestión de dejarlo en manos de un artista moderno precoz. Cada vez que mis tíos, pintores ambos, regresaban de Panamá, les mostraba mis progresos con el óleo. Tenían ciertas dudas comprensibles, y me daban múltiples recomendaciones, que yo desoía, para reconducirme al realismo. Estaba claro que no estaba siguiendo los cánones que aquel libro mostraba paso a paso. Lo primero que mi tío me aconsejó es no remarcar tanto los bordes con el negro. Por aquel entonces yo tenía claras influencias: El expresionismo abstracto de Pollock y su dripping, y la negritud de Basquiat, lo veía todo a su manera, a lo SAMO ("SAMe Old shit”). Mi maletín y yo vivíamos en New York y mis oleos respiraban música jazz y cultura del África primitiva. Bueno quizá que estoy exagerando, simplemente mis creaciones no se adaptaban al canon familiar o panameño del momento.

imagen:: Reproducción de calber. En busca de "Autor"

Una de aquellas reproducciones que yo pinté, adorna mi estudio desde entonces. Debería decir que lo ilumina. Tampoco conozco su título, creo que el original está realizado con una técnica de témpera seca que logra un efecto de expansión del espacio. Intuyo influencias de Japón y me trae un montón de alusiones orientales a la cabeza. La ilustración en su sencillez es un haiku visual, cada color es uno de los versos. La primera sensación es el asombro y la emoción que produce en el autor la contemplación de la naturaleza. Hay una palabra que hace referencia a la estación, el rojo de un sol gigante me evoca el eterno verano. La esencia del haiku otra vez es “cortar” mediante la conexión de dos ideas o imágenes separadas, el negro, quizá un tipo de violencia, separa el sol del horizonte naranja. 

Es increíble como este pequeño misterio visual ha ido creciendo a lo largo del tiempo en mi biografía. También sentí esta suerte de iluminación en el 2003, tumbado en la inmensa sala de turbinas, donde se localizaban los generadores de energía cuando la Tate Modern era la antigua central de Bankside. The Weather Project, fue una impresionante instalación del artista Olafur Eliasson. Con trucos de luces, espejos y vapor, creó una atmósfera melancólica, un constante atardecer de otro sol apocalíptico, de una estación que durante el verano londinense nos iluminó y asombró. Otra vez el mismo sol enigmático en un acto de contemplación entre hombre y naturaleza. 

imagen::The Weather Project,  Olafur Eliasson.

Estoy en proceso de investigación, intentando desentrañar el misterio, averiguar el autor de la pintura antes de mi próxima iluminación. He investigado en internet, he intentado recuperar el viejo manual donde lo copié, pero creo que quedó en la última mudanza que mis tíos hicieron desde tierras del canal, he utilizado aplicaciones de reconocimiento de imágenes y nada ha dado resultado. Así que voy a apelar a mis amistades en las redes, a los sabios, a los especialistas varios en la materia a ver si consigo algo de luz sobre la autoría. Blyth el escritor inglés devoto de la cultura japonesa define el haiku como «una mera nada, pero inolvidablemente significativa» Eso es también este cuadro que reproduje y me acompaña desde que mis tíos me entregaron el maletín de pintor.