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:: me gusta

«Me gustan tantas cosas. En una vida hay muchas vidas. Sobre todas, me gusta hacer ganchillo, tejer, “hacer y deshacer, todo es hacer”. Me gusta echarle yerbabuena al cocido y cominos a la ensalada, son manías que le añaden frescor, pequeños lujos como poner las sábanas nuevas. Me gustaba hablar con mi madre, bajaba todas las tardes, a nada, solo a verla y conversar, al pie de la lumbre en el frío o en la explanada los veranos. Me gustan las flores, mi patio es un campo, un vergel, salir al jardín, es la primera conquista del día. No pienses que tengo pocas plantas, ¡tendré hasta mil! de todos los colores, mi casa es el paraíso, es mi casa. Me gusta encalar los tiestos cada temporada, ahora que se llevan tanto las “manualidades” yo he sido una innovadora, los pinto con rayas, con estrellas, con lunares. Me gustaba viajar, ¡he estado en tantos sitios! que aparece Sevilla en la tele o alguien menciona Portugal en la radio, le digo a mi hija: “ahí he´stao yo”. Me gusta coleccionar, tengo latas llenas de botones huérfanos; estampitas de santos; fotos antiguas; tapetes y retales. Soy un poco Diógenes, bueno así lo llaman los “ilustrados”, me gusta recoger lo que puedo, ahí me ves, subiendo la cuesta con el carrito hasta arriba, de piedras o tablones, todo es bueno para el convento y para el jardín. Y si intentas dármela, rápido te planto: “A tu abuela, que a mí, no me la cuelas”, me gustan los refranes, los versos, los chascarrillos… espera que me acuerdo de uno: “Como no te he querido, me llamas fea, si te hubiera querido, qué guapa era”. Me gusta el azafrán, se me cría silvestre en el corral, con esas flores lilas y doradas, me encanta encontrarlas a primera hora, como si fueran tesoros. También salgo en busca de caracoles, cuando llueve y hace sol, para hacérselos a mi marido, así se pone alegre y toca la bandurria y me quiere tanto. Me gusta mi marido, mi familia. Me ha gustado cumplir cien años, “jo-er”, que no todo el mundo llega, si hasta la justicia de mi pueblo me hizo un homenaje. Me gusta Campoamor, de niña aprendí un poema suyo que empezaba así: “Cuantas cosas te diría si yo supiera escribir” y en esas estamos, escribiendo sin saber. Voy terminando, me gusta cuando mi nieto se viene a casa a dormir, lo disfrutamos tanto. Ver su carita cuando me dice: “abuela, qué contento estoy”, eso es la felicidad».

imagen::calber. “Cosas que me gustan” #15enero21. 
texto editado #HOY #15enero23 para el Segundo Aniversario.

“Inventario caótico”. Ejercicio final del Taller de Escritura Creativa impartido por Rosa Pérez Arozamena. Coincidencia: Primer Aniversario de su partida. Ejercicio de desbloqueo. Idea de Gianni Rodari. Autor fundamental para la enseñanza de lengua. Recomendación: Gramática de la Fantasía. Pinceladas de Rosa: Pues un beso enorme a Marce, que seguro que si existe ese cielo cristiano tan idealizado y te ve, estará la mujer, vamos que no cabrá en sí de gozo… de verdad. Sí, sí ha sido una maravilla.  // yo misma tengo lágrimas en los ojos, es precioso, precioso, gracioso también, es poder hablar por alguien, y que sea tu abuela, el año, todo, todo todo, me he quedado sin palabras, y mira que soy de hablar. Está muy bien escrito además, enhorabuena. // Esto es una pura delicia, esto tiene proyección para más, lo sabes, habría que pulir algunas cosas, obviamente, lo has escrito en poco tiempo, pero es una maravilla, “Es una maravilla”, te lo digo, pero vamos, no soy escritora, pero un poquito más, que igual la mayoría de la gente sabe, y tú también sabes y sino tienes un gusto y una intuición bárbara y deberías de explorar ese camino personalmente,  porque hay talento, de verdad te lo digo. Y ha sido una delicia y estamos todos, yo creo, aquí emocionados. No hay forma mejor  de terminar el taller que con este regalo que nos has hecho. 

:: diógenes


 imagen::calber
 
“Las tres bailarinas” es un relato corto que está en el desván creativo del gran escritor Andrés del Arenal, basado en una performance montada en la puerta de su centro de reunión social. La imágenes fueron tomadas por el gran director de fotografía Frodo García-Conde, que siempre está al filo de la noticia plástica. Era la segunda reunión de “derviches anónimos”, cuando nos juntamos siempre suceden cosas mágicas (ver pottery-chapter). El cuento será la base de un cortometraje de animación que estamos preparando. Un relato corto, igual que una película, puede necesitar de una guía para su preparación. Para ello he creado esta estructura en la que se comprimen los hechos.  Ahí estamos tres indigentes que bailan, la psicoterapeuta nos recomienda el uso de las metáforas. El “síndrome de Diógenes bailarín” es un trastorno del comportamiento que se caracteriza por el total abandono personal y social, así como por el aislamiento voluntario y la acumulación en él de grandes cantidades de bibelots y otros objetos metafísicos. Afecta, por lo general, a viejóvenes que aún tienen energía para danzar. En el ballroom callejero encontramos a un mendigo que metía la cabeza en el contenedor y sacaba los paquetes, una señora de mirada elegante que tasaba las piezas y dos dramaturgas que se unieron a la fiesta, camino del teatro, y que pescaron la joya de la corona, un pez-reloj relleno de flores y caracolas, recuerdo de Benidorm. Diógenes de Sinope, promulgó hasta el extremo la independencia de las necesidades materiales, una paradoja o quizá nuestra inspiración. En una imagen se resume el esquema que necesitamos para un único arco de personaje triplicado: “bailarina de porcelana rusa vintage sosteniendo tetera naranja con vestido de lunares ruso y gato dorado en el lado”. Diógenes solo portaba consigo lo estrictamente necesario y, por lo tanto, coincide con la conciencia de nuestra enfermedad bailona. Todo lo que almacenamos es o será necesario en algún momento de la creación colectiva, o del abandono personal o en la contemplación inmóvil de “Las tres bailarinas”.

:: dos

 
imagen::nicolás barahona

«Llega, me habla, me besa, me fascina, se va, se queda en mí. ¿Cómo no comprende?» Se lo dijo mi abuela a mi abuelo en 1943, y luego descubrimos que era palabras de Flora Alejandra. Fue el día DOS de octubre de ese año cuando contrajeron matrimonio. Un día de luz en una playa, con el mar al fondo. Un mar tostado, corazón entre los trigos, sal de castilla y arroz en el portal del templo, los ruiseñores cantaban, pero ellos no eran capaces de expresar todo lo que se escondía en su interior:

«En la villa de Rocas provincia de Toledo a las once del día DOS de Octubre de mil novecientos cuarenta y tres, ante D. Genaro Cabañas y Cabañas, Juez municipal y D. Fidel Romero Rico, Secretario, se procede a inscribir el matrimonio de Nicolás García Vaquero de 34 años, estado soltero, de oficio jornalero, natural de Pantoja, en esta provincia y de Marcelina Ortiz Ramos de 25 años, sin profesión especial, natural de este pueblo, ambos domiciliados en esta localidad, nieto por línea paterna de Nicolás García Gomez y Teresa Vaquero Martín y por la materna de Ginés Ortíz Torres y de Aquilina Ramos Ortiz de esta vecindad. Esta inscripción se practica en el Local del Juzgado en virtud de manifestación personal del novio y la presencian como testigos D. Juan Manuel Seseña Bravo, domiciliado en este pueblo y D. Ricardo Diaz Zurita. Leída este acta se sella con el de este Juzgado y la firma el Sr. Juez con los testigos y el manifestante, de que certifico». 
 

imagen::nicolás barahona  

«Dame la perseverancia de las olas del mar, que hacen de cada retroceso un punto de partida para un nuevo avance». Se lo dijo Jacqueline Roque a Pablo Ruiz y luego descubrimos que era palabras de Lucila Godoy Alcayaga. Pintó el beso en 1969, apenas cuatro años antes de su muerte, la escena se centra en un primer plano de la pasión. Este cuadro ha permanecido sobre la mesilla de noche desde entonces, todos estos años. Un marco a DOS caras. Qué increíble circunstancia en la veleta, aparato diabólico que ha resultado ser una ruleta rusa. Anverso y reverso del destino que ha coincidido en la moneda del tiempo. El día y la noche, una farsa y una proeza, una ceremonia, un beso, el amor, el destino, el futuro, el salto al vacío, la noche de la soledad, el final del futuro.

«No lo creerás pero en los días que siguieron pensé poco en ti, tu ausencia se volvía cada vez mas tangible y casi no era necesario verte (…) — no necesitaba pensar en ti, las cosas eran tú, no te habías ido» Se lo dijo Diógenes a Galatea y luego descubrimos que era palabras de Julio Florencio. No me avisó, porque pensaba transportar todo su futuro ella sola, no tenía sentido, ha sido la misma lucha desde el principio. Me arremango, cómo son las emociones, como la vida se comporta, ocurre, sucede. Terminamos latiendo a un tiempo, pegados, sintiendo la emoción del momento último, esta vez sí, seguros de que algo nos iba a suceder. Una letanía de latidos, de caricias, de amor animal. Nos interrumpe el segundo turno. Todo va a tanta velocidad. Hasta que llega el momento de limpiarlo todo, lo encajamos para no volver, para no arrepentirnos. Un abrazo de la suerte. Los nervios a flor de piel, en otra vida nos veremos, nos veremos algún día, sí, nos tenemos que ver, para querernos más.
 
#dosoctubre #aniversario #abuelos #02-10-43 #vivanlosnovios #final
 
 



:: experiencias fantásticas

 
imagen::calber

:: en la lejanía, te das cuenta que no hace falta viajar para tener experiencias fantásticas. Tengo colgados en mi habitación unos espejos que deforman la figura de todo aquel que posa frente a ellos. “Literatura is no easy, but without literatura we are lost”. Puedo contar, lo que dice la Constitución, lo que he visto en las películas o he leído en los libros,  pero todo en inglés claro. Estaba dispuesto a hablar de planes complicados, experiencias abroad, personajes extravagantes… y lo que se me viene son las cosas mas sencillas, todo lo que estoy echando de menos, ese rollo por el que pasamos en plan…Sísifo. El cúmulo de repeticiones, de efigies que he colgado en el muro. Iba a enumerar, repetir, describir las cosas que he adquirido, ahora que se acerca la Navidad, cosas que no cuestan, que no sirven, recicladas, cosas que rescato para evitar que sufra el medio ambiente, y que acrecientan mi leyenda de Diógenes clandestino:  Un barco que transporta carbón y se llama “Felicidad n1- Child 44”. El astronauta ganador, con un número rojo en el pecho. Otro gato gris con nariz y orejas rosas. El desayuno de los príncipes de Gales… “time flies”. Una morsa grabada en asfalto. Esa señora envuelta en piel de leopardo que me recuerda a Emilia Pardo Bazán vestida de época. El recuerdo del doble de Willem Dafoe en un tranvía. Una oveja negra con jersey de lana. Un polaco con su club de kick boxing tatuado en el antebrazo. Un animal de cuatro caras y corazón verde. Un señor mayor llamado Ernesto con una montaña en la boca. Una copia de Perseo y la Medusa, encargada por el II Duque de Sutherland. Una jarra-buho y una tetera-coliflor. No sabría decir qué es “advice” y que “suggestión”, qué es cóncavo o convexo, todo forma parte de una espiral que se instaló en la cabeza, para no hablar de lo importante, de lo enrevesada que está ahora la existencia, y lo demás. En plan esperpento, a lo Max Estrella, pululando en viajes interiores, con una visión deforme de la realidad que propugna como valores superiores del ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y las experiencias fantásticas.