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Eras radiante como un astro nuevo.
Te amaban tus hermanos y tus padres.
Tus amigas te abrazaban en las fotos.
Y, sin embargo, me duele
que ahora duermas
transformada en la ceniza
que reposa sobre el mueble de madera,
junto a un ángel pequeño
y un retrato de tu rostro hermoso.
Tú, que fuiste lo que yo más quise.
Fragmento de “Lo que yo más quise”
del libro «El don de la batalla»
de María Luisa Mora