:: enferma

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Hay sólo dos países: el de los sanos y el de los enfermos

por un tiempo se puede gozar de doble nacionalidad

pero, a la larga, eso no tiene sentido

Duele separarse, poco a poco, de los sanos a quienes

seguiremos unidos, hasta la muerte

separadamente unidos

Con los enfermos cabe una creciente complicidad

que en nada se parece a la amistad o el amor

(esas mitologías que dan sus últimos frutos

a unos pasos del hacha)

Empezamos a enviar y recibir mensajes de nuestros verdaderos conciudadanos

una palabra de aliento

un folleto sobre el cáncer

Enrique Lihn - del libro Diario de muerte, 1988