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"Tres cosas nos quedaron del paraíso: las estrellas, las flores y los niños" — Dante Alighieri (1265-1321), gran poeta, ensayista y escritor italiano considerado uno de los grandes de todos los tiempos. Su gran obra La Divina Comedia figura entre los clásicos de la literatura universal.
María
de las Flores es una mujer con siglos de fortaleza. Marcada por su
nombre, jamás imaginó que este se convertiría en un paraíso. Desde niña
recolecta pétalos y siente pasión por las flores. ¿Cuándo una mujer está
preparada para ser florista? ¿Cuándo el deseo de expresar sentimientos a
través de las flores es un destino? Dedicarse en vida al arte floral es
una responsabilidad, una decisión a meditar. Pero también es una de las
experiencias más gratificantes y maravillosas que puede vivir una
mujer. Por ello María de las Flores nos da algunas pautas para gozar de
las flores en uno de los momentos culminantes en su vida:
1.
Valida las emociones, los brotes tienen emociones placenteras y
dolorosas. / 2. Escucha a tus flores, comprende como crecen, atiende al
componente emocional y al mineral (abono, tierra, regado, etc.) / 3.
Comunícate a diario con ramos, centros y coronas. / 4. Adáptate a los
esquejes y a los arbustos adultos. / 5. Comparte responsabilidades,
ayúdate de sustratos, fertilizantes, abonos y fungicidas. / 6.
Desarrollar su autonomía, permite que se empoderen, que adornen
iglesias, salones o jardines. / 7. Evita demasiada disciplina, que
fomente una personalidad negativa en semillas y bulbos. / 8. Juega a ser
emocionalmente inteligente con tus plantas en exterior e interior,
dependiendo de la temporada. / 9. Busca tiempo para la producción propia
de pimpollos / 10. Disfruta de flores de colores intensos dotadas de
una larga vida.