«La imagen oscila, mi cabeza parece estar viva, coloco los párpados en las mejillas, clavo un ojo en otro ojo, ambos rayos que arrasan el aliento a su paso. Sonrío con doblez, entreabro los labios, el dragón interior abre la otra boca. Paso de la tendencia a la tristeza, sin notarlo, a la aflicción permanente. Extraigo la identidad a cada uno de los seres que toman parte en la acción. Mezclo la luminosidad. Todo da vueltas. Soy motivo y celebrante en el círculo estomacal. Tengo ganas de no intentarlo, de abandonarme. Parece que mi obra está inversamente muerta. Se produce por el efecto óptico, por los colores brillantes, por ser yo con mis otros, juntos» Eduardo Aunós
imagen::”efigie verde” de Eduardo Aunós
En la historia de la creación visual se dan algunos casos de obra que está realizada en colaboración o por un colectivo. El autor aparece como un único individuo. Trabajos realizados codo con codo con resultados aparentemente equilibrados. Entre estos casos de creadores peculiares podríamos destacar a Eduardo Aunós, Luis Benjumea y Antonio Zurita (los renombrados artistas ópticos “ABZ”). Las obras Op-Art, se caracterizan porque el espectador interactúa con ellas para captar la sensación de movimiento. Los elementos dominantes son: la líneas sinuosas, los contrastes cromáticos marcados y la combinación o repetición de formas geométricas sencillas.
Cada trabajo de este colectivo era realizado por uno de sus miembros y posteriormente pasaba a formar parte de una especie de archivo común, aunque fuera firmado por uno solo de ellos. Por extraño que pueda parecer en las obras de Arte Óptico de ABZ no se dejan al margen los aspectos emocionales que pueden experimentarse en realizaciones de otras características. Como se puede ver en “efigie verde” de Eduardo Aunós se produce un desdoblamiento óptico que lo impregna todo de inquietud. _ Zarlos Ortiz
