«…El bizcocho de naranja con notas cítricas te quedará delicioso. Es perfecto para cualquier ocasión. Se prepara con azúcar, harina y huevos. La masa se aromatiza con ralladura y zumo de naranja. Una vez horneado, se sirve espolvoreando una fina capa de azúcar glas y un poquito de chispa natural. Este esponjoso pastel está genial, es un homenaje a la madre naranja con ligero sabor a bizcocho. Si quieres sorprender a tus invitados no dudes en seguir esta receta, eso sí, el ingrediente secreto permanece oculto… así que con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho…» del libro de recetas de la abuela Mari❤︎78
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«…Cerca de mediodía podría ser cuando nos echaron en la barca, dándonos dos barriles de agua y algún bizcocho; y el capitán, movido no sé de qué misericordia, al embarcarse la hermosísima Zoraida, le dio hasta cuarenta escudos de oro, y no consintió que le quitasen sus soldados estos mesmos vestidos que ahora tiene puestos…» del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes Saavedra
«… Don Fermín, risueño, mojaba un bizcocho en chocolate; Teresa acercaba el rostro al amo, separando el cuerpo de la mesa; abría la boca de labios finos y muy rojos, con gesto cómico sacaba más de lo preciso la lengua, húmeda y colorada; en ella depositaba el bizcocho don Fermín, con dientes de perlas lo partía la criada, y el señorito se comía la otra mitad…» del libro La Regenta. Leopoldo Alas «Clarín»
«… El joven se dejó caer en el sofá, inclinándose hacia la mesa próxima, en que el desayuno estaba, y tomando un bizcocho lo mojó en el líquido espeso. Antes de probarlo, se le fue la lengua otra vez acerca de lo mismo, si bien en tono más tranquilo. «No sé cómo me va usted a convencer, cuando yo tengo oídos, yo tengo ojos, y ante la evidencia, no valen… » del libro Fortunata y Jacinta. Benito Pérez Galdós
«… Don Fermín, risueño, mojaba un bizcocho en chocolate; Teresa acercaba el rostro al amo, separando el cuerpo de la mesa; abría la boca de labios finos y muy rojos, con gesto cómico sacaba más de lo preciso la lengua, húmeda y colorada; en ella depositaba el bizcocho don Fermín, con dientes de perlas lo partía la criada, y el señorito se comía la otra mitad…» del libro La Regenta. Leopoldo Alas «Clarín»
«… El joven se dejó caer en el sofá, inclinándose hacia la mesa próxima, en que el desayuno estaba, y tomando un bizcocho lo mojó en el líquido espeso. Antes de probarlo, se le fue la lengua otra vez acerca de lo mismo, si bien en tono más tranquilo. «No sé cómo me va usted a convencer, cuando yo tengo oídos, yo tengo ojos, y ante la evidencia, no valen… » del libro Fortunata y Jacinta. Benito Pérez Galdós