José Hierro nació el 3 de abril de 1922 en Madrid, celebramos con fuerza y equilibrio los 100 años del nacimiento del poeta. Poseía la curiosa superstición de no poder escribir nunca en su propia casa; era normal verlo en cafés escribiendo su obra.
Escribió poemas inspirados en litografías, grabados y otras imágenes. También unió su poesía con el radiodiagnóstico, en un volumen titulado “Emblemas neurorradiológicos” 1990. La edición de Endymión, trae un prólogo de Laín Entralgo en que resume a la perfección el resultado de este libro: «Un diálogo entre un médico neurólogo, que era su yerno Jesús Muñoz, que reduce a imagen irónica y lúdica su utopía y un poeta que de esa utopía sabe hacer lúdica e irónica palabra».Y define la enfermedad humana : «no sólo en lo que se ve, también en lo que se oye, y a la postre más allá de lo que se ve y se oye, en ese insondable misterio que es la realización individual y morbosa del dolor no merecido (…) Hacia ese misterio apuntan, lúdicos e irónicos, los poemas de José Hierro que dan contrapunto verbal a los dibujos del neurólogo en este libro».
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Escribió poemas inspirados en litografías, grabados y otras imágenes. También unió su poesía con el radiodiagnóstico, en un volumen titulado “Emblemas neurorradiológicos” 1990. La edición de Endymión, trae un prólogo de Laín Entralgo en que resume a la perfección el resultado de este libro: «Un diálogo entre un médico neurólogo, que era su yerno Jesús Muñoz, que reduce a imagen irónica y lúdica su utopía y un poeta que de esa utopía sabe hacer lúdica e irónica palabra».Y define la enfermedad humana : «no sólo en lo que se ve, también en lo que se oye, y a la postre más allá de lo que se ve y se oye, en ese insondable misterio que es la realización individual y morbosa del dolor no merecido (…) Hacia ese misterio apuntan, lúdicos e irónicos, los poemas de José Hierro que dan contrapunto verbal a los dibujos del neurólogo en este libro».
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Querido Pepe, intentaré explicarte porqué te recomiendo acudir al neurólogo. Entiendo que esto te haya generado una sensación de intranquilidad y miedo porque habitualmente asociamos la neurología a trastorno grave, a trastorno irreversible, a trastorno degenerativo, a trastorno que provoca dependencia. Pero esto no es siempre así. Es cierto que en la consulta de neurología se manejan enfermedades con cursos dramáticos, pronósticos sombríos, que generan una discapacidad permanente, pero también se tratan enfermedades con muy buen pronóstico y la ayuda de un profesional mejorará tu calidad de vida.
Voy a intentar, con esta carta, desmitificar la visita al neurólogo, dándole un carácter tranquilizador. Los principales motivos de tu consulta tienen que ver con síntomas como el dolor de cabeza, la sensación de inestabilidad, el mareo que son muy habituales. Es esencial que el neurólogo conozca desde cuándo han comenzado las molestias, si el curso es recurrente, la intensidad del síntoma. Son esenciales para establecer la gravedad y la celeridad de las medidas diagnósticas y terapéuticas.
Lo positivo, Pepe, es que en ocasiones, algún aspecto al que no le das mucha importancia o crees que no tiene trascendencia puede ser lo definitivo para solucionar tu problema. Los neurólogos somos simplemente especialistas que se ocupan de la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de todas las enfermedades y trastornos que afectan al cerebro y al sistema nervioso (central, periférico y autónomo). En la consulta el diagnóstico será fundamentalmente clínico. El neurólogo te va a escuchar, para detectar tus síntomas y te realizará una exploración para revisar la fuerza muscular, el equilibrio y la sensibilidad entre otros. Y si es necesario te realizará pruebas diagnósticas.
En realidad, los neurólogos y los poetas nos parecemos mucho, tú mismo lo plasmas en «Cuanto sé de mí» en la preocupación verbal, reivindicando ámbitos imaginativos que acceden a la «sonora gruta del enigma».
Voy a intentar, con esta carta, desmitificar la visita al neurólogo, dándole un carácter tranquilizador. Los principales motivos de tu consulta tienen que ver con síntomas como el dolor de cabeza, la sensación de inestabilidad, el mareo que son muy habituales. Es esencial que el neurólogo conozca desde cuándo han comenzado las molestias, si el curso es recurrente, la intensidad del síntoma. Son esenciales para establecer la gravedad y la celeridad de las medidas diagnósticas y terapéuticas.
Lo positivo, Pepe, es que en ocasiones, algún aspecto al que no le das mucha importancia o crees que no tiene trascendencia puede ser lo definitivo para solucionar tu problema. Los neurólogos somos simplemente especialistas que se ocupan de la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de todas las enfermedades y trastornos que afectan al cerebro y al sistema nervioso (central, periférico y autónomo). En la consulta el diagnóstico será fundamentalmente clínico. El neurólogo te va a escuchar, para detectar tus síntomas y te realizará una exploración para revisar la fuerza muscular, el equilibrio y la sensibilidad entre otros. Y si es necesario te realizará pruebas diagnósticas.
En realidad, los neurólogos y los poetas nos parecemos mucho, tú mismo lo plasmas en «Cuanto sé de mí» en la preocupación verbal, reivindicando ámbitos imaginativos que acceden a la «sonora gruta del enigma».
*Carta apócrifa del neurólogo Jesús Muñoz, escrita a su suegro a propósito de sus desasosiegos sobre la neurología
Vida
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
José Hierro, publicado en Cuarderno de Nueva York (1998)
1. Dice ser Soledad Mallegas, profesora de Danza Titulada.
Puf, este poema es buenísimo y qué gran verdad destila. Sólo podemos aferrarnos a la nada del todo, o al todo de la nada. Un beso
#100añosdeHierro #CentenarioJoséHierro