Soneto XCIV
Si muero sobrevíveme con tanta fuerza pura
que despiertes la furia del pálido y del frío,
de sur a sur levanta tus ojos indelebles,
de sol a sol que suene tu boca de guitarra.
No quiero que vacilen tu risa ni tus pasos,
no quiero que se muera mi herencia de alegría,
no llames a mi pecho, estoy ausente.
Vive en mi ausencia como en una casa.
Es una casa tan grande la ausencia
que pasarás en ella a través de los muros
y colgarás los cuadros en el aire.
Es una casa tan transparente la ausencia
que yo sin vida te veré vivir
y si sufres, mi amor, me moriré otra vez.
Cien sonetos de amor (1959) noche
- Pablo Neruda -
- Pablo Neruda -
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«Pienso
que uno de los momentos más tristes de nuestras vidas llega cuando se
cierra para siempre la puerta de la casa de los abuelos… Así que si
tienes la oportunidad de llamar a la puerta de esa casa y que alguien te
abra desde dentro debes aprovecharla cada vez que puedas, porque entrar
ahí y ver a tus abuelos sentados esperando para darte un beso es la
sensación más maravillosa que puedas sentir en la vida.
Si resulta que ahora les toca ser abuelos, nunca pierdas la oportunidad de abrir las puertas a tus hijos y a tus nietos y celebrar con ellos el don de la familia, porque solo en la familia es donde los hijos y los nietos encontrarán el espacio oportuno para vivir el misterio del amor a los más cercanos y a los que te rodean. ¡Disfruten y aprovechen la casa de los abuelos!»
Extracto encontrado en internet (Maravilloso/NetArt) créditos: a quien corresponda!!