Usted manejará como un maestro
Usted lo hizo sólo por maldad.
El amor a los santos — de Ángel Ortuño, 2015
¿Con quién chingados me acoplaré en las reuniones de escritores donde nadie me conoce más que tú? Te has muerto esta mañana y tú, tan joven, que creías que la poesía era un lugar de ancianos. — Mónica Maristain
El humor ácido y la inteligencia que presumía siempre, pocas veces se dan en los poetas.
El rasgo que mejor retrata la poética de Ángel es la anomalía, y no solo por el sarcasmo, la causticidad o el ánimo paródico que permea su escritura.
En ese papel cómico de hombre culto, un poco aristocrático, desconcertado ante las miserias de una realidad cada vez más vulgar, está una de las muchas claves de su sentido del humor, que nunca dudó en trasladar a sus poemas.
Como sucede en México, la vocación de Ángel Ortuño de no tomarse nada en serio provocó no pocas veces que despistados y envidiosos pasaran por alto al excepcional poeta que fue. Peor para ellos.
Me duele profundamente la noticia. Murió Ángel Ortuño. Hoy es un muy mal día.