:: manco

 "Yo he nacido poeta y artista, 
como el que nace cojo,
como el que nace manco,
como el que nace conductor,
como el que nace ciego, 
como el que nace guapo. 
Dejadme las alas en su sitio, 
que yo os respondo, 
que volaré bien"

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*Hace 127 años, el 5 de junio de 1898, nace Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca

*Hace 44 años, el 5 de junio de 1981, nace el niño manco del Sagrado Corazón Capuchinos. Entregado documento adjunto de Adhesión del alumno al programa ACCEDE  

*Hoy, 5 de junio de 2025, vuelve a ser apto el niño conductor de caballos Sagrado Corazón Camión. 

:: amistad

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Yo no me enfado con mis amistades si hacen su vida. No me molesto si deciden durante un tiempo desaparecer. No es un derecho saber de ellas ni que ellas sepan de mí todo el rato. Entiendo que hay cosas de los demás que no tienen absolutamente nada que ver conmigo, cosas que no me pertenecen. Yo no reclamo una atención constante que ponga a prueba cuánto quiero o dejo de querer a la otra persona. No chantajeo. Sé, además, que no todas las personas quieren del mismo modo y que eso está bien. Yo no creo en una amistad que te controla, que está esperando detrás de una sonrisa a que "falles" para echarte en cara ese fallo, una amistad más pendiente en analizar la amistad que en vivir esa amistad, que se alegra de que te vaya mal porque así la necesitas. Yo no creo que el querer se demuestre haciendo todo a la vez. El querer se demuestra en la separación y en la distancia también. Hay gente que está siempre contigo y no te quiere bien, que hace siempre del espacio un drama y una queja, que celebra tu tristeza porque la gente triste es más manipulable. Hay gente que dice quererte que te prefiere en la desgracia porque así sabe que no te irás, que no te perderá. Porque hay amistades que lo único que hacen es usarte para vomitar su mierda sin preguntarte jamás cómo estás. 

Yo creo en la amistad recíproca, creo en el respeto y la libertad por encima de todas las cosas, creo que no hay libertad sin cuidados, creo en un hace siglos que no te veo pero ahora estamos aquí y es como si no hubiera pasado el tiempo, creo que eso es lo bueno y lo bonito y lo fascinante de la amistad: que es una franquicia de confianza allá por donde vayas, que da igual el lugar, el otro, tu amigo o tu amiga, se convierte en una red que engancha los recuerdos de la persona que has sido. Eres porque tienes amigos y amigas. Porque una amistad es un sitio para volver, para no olvidarte de ti. Un lado de la cama de memoria y de resistencia ante la inevitable desaparición. Un momento en el que jamás cuesta decir te quiero. Ni ser tú con los demás. Sea lo que sea eso. Una amistad es siempre una certeza. Aunque no la veas. _Roy Galán

:: crucero

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Era un cálido junio de verano en el crisol del tiempo, dos historias se deslizan, invisibles, paralelas. Durante varios días, navegaron por aguas cristalinas, admirando paisajes de ensenadas escondidas, pueblos pintorescos y ciudades llenas de historia como Barcelona, Cagliari, Nápoles, Roma, Génova y Marsella. La familia Sansan navega en el vasto susurro del Mediterráneo occidental, sus hijos risueños lanzando barcos de papel al vaivén de las olas, sus nietos enredados en juegos que parecen eternos. La cubierta vibra con risas, con el eco de historias que el mar se lleva y trae, mientras el sol se desliza en un cielo que no termina, y la vida se despliega en horizontes que solo el agua puede contener.

A pocos kilómetros, en un balneario de Albacete, la familia Sangar, los abuelos se refugian en la quietud de un tiempo detenido. La tierra seca sus manos, los días se diluyen en el olor a azahar y a agua termal. La estancia es un refugio de recuerdos, de historias que se cruzan en las arrugas, de silencios que hablan en la lentejuelas de la memoria. Allí, el sol se filtra a través de ventanas cerradas, y el silencio es un río que no conoce olas, solo remolinos de años y de calma.

Ambos viajes, diferentes en espacio, iguales en esencia: la búsqueda de algo que no se puede ver, la continuidad del tiempo que se escurre entre risas y suspiros, entre mares y jardines secos. Y en esa simultaneidad, en esa distancia, uno siente el latido de la familia, el eco de la tierra, y en el otro, la quietud de los abuelos, la historia que aún se despliega en cada arruga, en cada suspiro. Dos historias, dos viajes, un mismo tiempo, un mismo deseo de pertenecer a algo más grande que uno mismo. _ Arthur Inclán