imagen::calber
Antes que el sueño (o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.
¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?
Quien lo mira lo ve por vez primera,
siempre. Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas
tardes, la luna, el fuego de una hoguera.
¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía.
Jorge Luis Borges. El mar. El otro, el mismo, 1964
El primer poema que publicó, a sus veinte años, se llamó Himno de mar. Fue en la revista Grecia de Sevilla, en el año 1919. Nunca lo incluyó en ningún poemario o antología, ya que corresponde, como él mismo decía, a su período de equivocación ultraísta. Años después escribe en su Autobiographical Essay: Hoy, casi no pienso en el mar, ni siquiera en mí mismo (…) cuando llegué a Madrid unos meses después, ya que este era el único poema que alguna vez había impreso, la gente pensaba en mí como un cantante del mar“. Casi cincuenta años después, escribe este poema. El mar como algo que estaba antes que nada, antes que el universo y que el cosmos. El amor como algo impactante y bello, cómo se siente uno al verlo: como si siempre fuera la primera vez.