:: muro

 

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:: dos

 
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«Llega, me habla, me besa, me fascina, se va, se queda en mí. ¿Cómo no comprende?» Se lo dijo mi abuela a mi abuelo en 1943, y luego descubrimos que era palabras de Flora Alejandra. Fue el día DOS de octubre de ese año cuando contrajeron matrimonio. Un día de luz en una playa, con el mar al fondo. Un mar tostado, corazón entre los trigos, sal de castilla y arroz en el portal del templo, los ruiseñores cantaban, pero ellos no eran capaces de expresar todo lo que se escondía en su interior:

«En la villa de Rocas provincia de Toledo a las once del día DOS de Octubre de mil novecientos cuarenta y tres, ante D. Genaro Cabañas y Cabañas, Juez municipal y D. Fidel Romero Rico, Secretario, se procede a inscribir el matrimonio de Nicolás García Vaquero de 34 años, estado soltero, de oficio jornalero, natural de Pantoja, en esta provincia y de Marcelina Ortiz Ramos de 25 años, sin profesión especial, natural de este pueblo, ambos domiciliados en esta localidad, nieto por línea paterna de Nicolás García Gomez y Teresa Vaquero Martín y por la materna de Ginés Ortíz Torres y de Aquilina Ramos Ortiz de esta vecindad. Esta inscripción se practica en el Local del Juzgado en virtud de manifestación personal del novio y la presencian como testigos D. Juan Manuel Seseña Bravo, domiciliado en este pueblo y D. Ricardo Diaz Zurita. Leída este acta se sella con el de este Juzgado y la firma el Sr. Juez con los testigos y el manifestante, de que certifico». 
 

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«Dame la perseverancia de las olas del mar, que hacen de cada retroceso un punto de partida para un nuevo avance». Se lo dijo Jacqueline Roque a Pablo Ruiz y luego descubrimos que era palabras de Lucila Godoy Alcayaga. Pintó el beso en 1969, apenas cuatro años antes de su muerte, la escena se centra en un primer plano de la pasión. Este cuadro ha permanecido sobre la mesilla de noche desde entonces, todos estos años. Un marco a DOS caras. Qué increíble circunstancia en la veleta, aparato diabólico que ha resultado ser una ruleta rusa. Anverso y reverso del destino que ha coincidido en la moneda del tiempo. El día y la noche, una farsa y una proeza, una ceremonia, un beso, el amor, el destino, el futuro, el salto al vacío, la noche de la soledad, el final del futuro.

«No lo creerás pero en los días que siguieron pensé poco en ti, tu ausencia se volvía cada vez mas tangible y casi no era necesario verte (…) — no necesitaba pensar en ti, las cosas eran tú, no te habías ido» Se lo dijo Diógenes a Galatea y luego descubrimos que era palabras de Julio Florencio. No me avisó, porque pensaba transportar todo su futuro ella sola, no tenía sentido, ha sido la misma lucha desde el principio. Me arremango, cómo son las emociones, como la vida se comporta, ocurre, sucede. Terminamos latiendo a un tiempo, pegados, sintiendo la emoción del momento último, esta vez sí, seguros de que algo nos iba a suceder. Una letanía de latidos, de caricias, de amor animal. Nos interrumpe el segundo turno. Todo va a tanta velocidad. Hasta que llega el momento de limpiarlo todo, lo encajamos para no volver, para no arrepentirnos. Un abrazo de la suerte. Los nervios a flor de piel, en otra vida nos veremos, nos veremos algún día, sí, nos tenemos que ver, para querernos más.
 
#dosoctubre #aniversario #abuelos #02-10-43 #vivanlosnovios #final
 
 



:: maestro

EN UN BARRIO SILENCIOSO Y ALGO PERIFÉRICO 
DONDE VIVE EL ESCRITOR 

Usted manejará como un maestro

prematuro

la conciencia del narrador pero no había

necesidad de arrollar a ese perro:

no esquivó una ambulancia ni fue que se enfrentara 
al dilema moral

de aplastar una anciana

en su lugar. 

Usted lo hizo sólo por maldad.

Y porque nadie lo estaba mirando.
 
El amor a los santos — de Ángel Ortuño, 2015



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Ha muerto Ángel Ortuño (1969-2021) poeta y narrador mexicano. También se desempeñó como responsable de servicios de la biblioteca iberoamericana Octavio Paz, ubicada en el Centro Histórico de Guadalajara. Desde Madrid, su hermano, el escritor Antonio Ortuño, compartió en Twitter: “Se fue el rey irrepetible de toda esta historia”, acompañado de la canción "El rey del rock and roll, de Vicentico".

¿Con quién chingados me acoplaré en las reuniones de escritores donde nadie me conoce más que tú? Te has muerto esta mañana y tú, tan joven, que creías que la poesía era un lugar de ancianos. — Mónica Maristain

El humor ácido y la inteligencia que presumía siempre, pocas veces se dan en los poetas. 
— Brenda Ríos

El rasgo que mejor retrata la poética de Ángel es la anomalía, y no solo por el sarcasmo, la causticidad o el ánimo paródico que permea su escritura. 
— Jorge Ortega

En ese papel cómico de hombre culto, un poco aristocrático, desconcertado ante las miserias de una realidad cada vez más vulgar, está una de las muchas claves de su sentido del humor, que nunca dudó en trasladar a sus poemas. 
— Luis Vicente de Aguinaga

Como sucede en México, la vocación de Ángel Ortuño de no tomarse nada en serio provocó no pocas veces que despistados y envidiosos pasaran por alto al excepcional poeta que fue. Peor para ellos. 
— Julián Herbert

Me duele profundamente la noticia. Murió Ángel Ortuño. Hoy es un muy mal día. 
—León Plascencia Ñol

:: tomate

La calle se llenó de tomates, mediodía, verano, la luz se parte en dos mitades de tomate, corre por las calles el jugo. En diciembre se desata el tomate, invade las cocinas, entra por los almuerzos, se sienta reposado en los aparadores, entre los vasos, las mantequilleras, los saleros azules. Tiene luz propia, majestad benigna. Debemos, por desgracia, asesinarlo: se hunde el cuchillo en su pulpa viviente, es una roja víscera, un sol fresco, profundo, inagotable, llena las ensaladas de Chile, se casa alegremente con la clara cebolla, y para celebrarlo se deja caer aceite, hijo esencial del olivo, sobre sus hemisferios entreabiertos, agrega la pimienta su fragancia, la sal su magnetismo: son las bodas del día, el perejil levanta banderines, las papas hierven vigorosamente, el asado golpea con su aroma en la puerta, ¡es hora! ¡vamos! y sobre la mesa, en la cintura del verano, el tomate, astro de tierra, estrella repetida y fecunda, nos muestra sus circunvoluciones, sus canales, la insigne plenitud y la abundancia sin hueso, sin coraza, sin escamas ni espinas, nos entrega el regalo de su color fogoso y la totalidad de su frescura. «Oda al tomate» de Pablo Neruda

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::un día vino a “CASA MARI” un señor muy “viajado”, y hablando de los productos de la tierra, comentó que había “muy pocas cosas” en la vida que él no había probado. Ni corta ni perezosa la Sra Mari sacó un frasquito pequeño de su tomate y se lo regaló. A los pocos días, recibío un telegrama que decía: “Tengo que decir, que su TOMATE FRITO era una de ellas”. Y es que, ¡hasta que no lo pruebas, no te lo crees!

:: batalla

 «Aquel que tú crees que ha muerto, no ha hecho más que adelantarse en el camino» Séneca

 
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Ella no se rendía.
Nunca se hubiera rendido tan temprano.
Albergaba su pecho
la jubilosa fuerza
que algunos pájaros transportan en sus ojos.
Caminaba
dejándonos su huella sobre un fango
con el que amenaza la muerte
asesinar nuestras propias ilusiones.
Cierto que sentía miedo
a la enfermedad y a la tristeza.
¿Quién no lo tiene nunca?
Ponía flores
en el centro de la mesa y devoraba,
con feroz apetito,
la deslumbrante primavera.
Luchó hasta el final
como los soldados más intrépidos.
No claudicó ante la amargura
ni proclamó como propia
la bandera del desánimo.
Fue hermosa y fue valiente.
Tuvo el extraño don de la batalla.

Valentía, de " El don de la batalla" -Premio Ciega de Manzanares- 2011

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Maria Luisa Mora Alameda, nace en Yepes en 1959. Académica correspondiente por la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas y Artísticas de Toledo. Ha publicado más de una decena de libros de poesía. Desde “Este largo viaje hacia la lluvia” -accésit del Premio Adonáis- 1987, hasta “La sombra iluminada”, 2019. Pero es a partir de la muerte de su hija Verónica en el 2008 que su poesía da un giro completo en torno a esta desgracia. Desde entonces no para de escribirle. Gracias María Luisa por por tanta sensibilidad. Tus poemas son absolutamente recomendables para todas las madres que hayan perdido a sus hijos, y para todos los hijos que han perdido a sus madres, leo tu dolor en mi dolor.