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imagen:: calber - collage sobre poema de Luis Rosales. Tercera sesión de El patio, en la Biblioteca Luis Rosales (Carabanchel alto) con @karawanzine - Quino Romero.
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imagen:: calber - Instalación// medalla de Ávila, La Milagrosa o María auxiliadora que no hace milagros en diálogo con La nieve niña de Luis Rosales, Rimas, 1951
Letrismo: movimiento poético de vanguardia. Se considera al poeta rumano Isidore Isou (1925-2007) el padre del letrismo. Fue él quien entre 1942 y 1945 estuvo trabajando en un manifiesto que abogaba por establecer un nuevo estilo de poesía, que sólo se fijara en la sonoridad de las palabras, sin atender a su significado. Este manifiesto comenzó a circular en su país natal, para posteriormente arribar a París, donde el letrismo vería su mayor desarrollo. En un primer momento la poesía letrista se centraba en la sonoridad de las palabras, aproximándola a la música. Sin embargo, pronto abarcó además de las artes visuales, la poesía, la música, el cine o el teatro, llegando incluso a disciplinas a priori más alejadas del mundo artístico como las matemáticas, la política o la filosofía.
Caracterizado por las desavenencias de sus miembros, la rama original del letrismo pronto se segregó en diferentes movimientos. Surgieron así los externistas, que hacían alusión a su situación «fuera» del mercado del arte, la internacional letrista, cuyos miembros estaban abiertamente enfrentados con Isou, y los isouistas, la corriente «oficial» del fundador del movimiento. Centrándonos del ámbito de la poesía visual y experimental, el letrismo se basa en el uso de las letras, signos lingüísticos, o incluso matemáticos, como elemento visual, concediendo toda la relevancia a su aspecto físico.