Tú no has nacido,
sino que naces
a cada momento,
y no intentas
estar allí, cuando estás aquí,
o aquí cuando vas allí.
Tú eres la materia audazmente salvada
de una respiración en otra,
sin la cual no existiríamos.
Y, en realidad, no somos
más que restos, formas vacías
panales de los que se ha escurrido
la miel de la Eternidad.

¡Qué milagro! El nacimiento de una criatura es como que la vida te regale una nueva historia que apenas comienza, con todos los giros inesperados y momentos entrañables por venir. Blanca puede traerte alegrías que aún ni imaginas: #Redescubrir el mundo a través de sus ojos. Su sorpresa ante un copo de nieve, una canción o un abrazo te va a recordar lo extraordinario de lo cotidiano. #Conexión profunda. Puede convertirse en tu cómplice silenciosa, la que corre a abrazarte sin motivo, o la que te dibuja una flor sin saber que ese gesto te salvará el día. #Renovar la ternura. Hay algo en una niña tan pequeña que despierta una dulzura y una paciencia que quizá ni sabías que llevabas dentro. #Construir recuerdos únicos. Desde cuentos inventados hasta coreografías absurdas en el salón. Serás parte de su historia y ella de la tuya. Y quién sabe…el milagro otra vez, a lo mejor dentro de unos años te dice que eres su persona favorita. Eso ya es felicidad en estado puro. Arturo Inclán