Agosto: calles vacías, bebidas con hielo, éxodo hacia otros planetas, bañistas refrescándose en las piscinas. Son los síntomas habituales de los días de calor abrasador en nuestros países, días que cada vez son más frecuentes. El pasado agosto ya se habían superado los 3000 grados, pero la segunda semana de este agosto ha dejado esas cifras atrás. Donde quiera que vayas siempre hay un paisano que te dice: “esto no es nada, hace cinco años si que hizo calor de verdad”
El área más caliente: la piscina que visité el sábado: El mercurio registró las cotas más altas. Las temperaturas máximas del mes se dieron en medio de esa piscina, no cabía un alfiler. No había zona sin bañistas. El riesgo de incendio en toda la zona era extremo, incluso dentro del agua.
Un respiro: Aire, soy como el aire, pegado a ti, siguiéndote al andar. Porque te juro que soy aire. Soy como el aire, pegado a ti, no puedes escapar, no te resistas nunca. Aire _ Pedro Marín