:: identidad corporativa

DOS pensamientos de verano. Que se me han despertado, negociando mi último contrato a la baja, a la alta, negociando mi futuro a lo loco, a lo sin sentido, a lo grande, al corto plazo del calor, a la larga cambiada de la vida. Me he puesto a reconocer mi identidad corporativa en papel. Para lanzar tarjetas por todas las ventanas, que vuelen y me traigan contactos que queden entusiasmados con lo que hago, ahora y siempre, que si somos capaces de disfrutar. Cuanta felicidad nos trae tanto amor al arte, tanta dedicación a la idea y al producto.
imagen:calber

1. Con los contactos se nace… pero también se hacen
¡Claro que sí! Es cierto que los contactos son necesarios y que si los tienes de antemano todo es mucho más fácil. Es más, por desgracia estamos hartos de ver negocios millonarios en los que lo único que existían eran los contactos. Pero hoy hay múltiples formas de hacer contactos o de que los contactos vengan a ti, y a veces es tan sencillo como llamar a la puerta y presentar tu idea, proyecto, servicio, etc. Claro está que tu ‘oferta’ ha de ser sólida y que sería genial saber de antemano si lo que vas a proponer puede encajar… Aunque claro, si no vas y no te presentas, nunca lo sabrás ;-)

2. Siempre puedo encontrar a alguien a quien le encaje lo que hago
Exacto. Del mismo modo que nos encontramos a personas que no comprenden lo que hacemos y no están dispuestas a apostar por ello, podemos encontrar a usuarios u organizaciones que sí lo valoren y comprendan. Por muy rocambolesco que nos resulte –incluso a nosotros– la idea o producto, siempre puede encajar en las necesidades de alguien. 


*pensamientos tomados de Ana Gea. Editorial en Graffica.info