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La vida de un gato es isócrona y cada uno de sus años es como siete de un humano. El movimiento del minutero del reloj gatuno de Catalino es sincrónico. Estoy empezando esto de una forma doblemente rara, porque me presento intentando explicar que lo segundo importante después de el “cumpleañero” es quien “no soy”. Visto de otra manera, a quien reemplazo. Un mapa isócrono muestra las áreas relacionadas entre diferentes puntos, los puntos de conexión en que algo ocurre o llega a la misma hora". En este mapa imaginario que hoy trazamos, estos puntos son: Catalino, su cumpleaños, San Isidro Labrador y el que fue su tutor.

Para intentar ponerme en el lugar del otro he recreado la estancia de  Catalino como una “tiendita” con los elementos que forman la curva definida de su pasado, el valor de toda un vida y del delicado trabajo del artista gráfico que lo crió. Desde los primeros retratos de estudio hechos con la vieja cámara reflex y los dibujos a carboncillo, las piezas de decoración, la esculturas, hasta los últimos regalos.

Hoy, su tutora celebra  la nueva normalidad con su gato de 56 primaveras humanas. Que raro debe ser para un hombre viejo que su hijo gatuno lo sobrepase. Y también vivirlo por separado, en otra realidad. El mundo de la custodia compartida para los animales tiene aún carencias. Hay mucho dolor bruto por explorar. Soy consciente de esto y también de mi labor mitigadora. Para ello incluyo en la foto los sabores madrileños, los típicos barquillos, “meninas” de chocolate y los famosos caramelos de violeta, pitos del santo para mascotas. Y merchandising para celebrar el cumpleaños de Catalino en el día de San Isidro y como homenaje a su último tutor, el tutor de sus ocho años de sus siete vidas isócronas, acompasadas, uniformes y gatunas.