:: marce 102

:: mi abuela preguntaba el otro día a mi madre, que en qué mes estábamos, que ella cumplía años el día 6 y que a esa casa ahora no venía nadie. Así es, cumple hoy 102 años y no se acuerda ya de muchas cosas pero la mayoría se las barrunta. Qué desolador cumplir tanta vida para celebrarlo en confinamiento, en la resistencia de una casa cercada, sin la memoria del amor acumulado, ni la piel de todos los que la queremos. Paradójicamente, la edad le juega una buena pasada, porque así evita sufrir el dolor de estos días, la reciente pérdida de su querida hermana Emilia. Tampoco advierte la gravedad de lo que pasa con este “virus”. Hoy que tanto oímos hablar de “resistencia”, que el ejemplo de mi abuela dé fuerza y ánimo a quienes lo están pasando mal. Nadie advirtió a mi abuela que viviría tanto para vivir “un combate tan largo como el tiempo”

video aquí ::calber 

Tal vez ésta es la casa en que viví
cuando yo no existí ni había tierra,
cuando todo era luna o piedra o sombra,
cuando la luz inmóvil no nacía.
Tal vez entonces esta piedra era
mi casa, mis ventanas o mis ojos.
Me recuerda esta rosa de granito
algo que me habitaba o que habité,
cueva o cabeza cósmica de sueños,
copa o castillo o nave o nacimiento.
Toco el tenaz esfuerzo de la roca,
su baluarte golpeado en la salmuera,
y sé que aquí quedaron grietas mías,
arrugadas sustancias que subieron
desde profundidades hasta mi alma,
y piedra fui, piedra seré, por eso
toco esta piedra y para mí no ha muerto:
es lo que fui, lo que seré reposo
de tu combate tan largo como el tiempo.

“Casa” de Pablo Neruda 


imagen::calber