:: aburrimiento

 
imagen::calber

Me llamo álvaro, hoy cumplo 6 años, y estoy aprovechando estos días para leer cosas sobre psicología infantil, cuando me aburro es porque mi vida cotidiana lleva un ritmo frenético. Creo que estar tanto tiempo en casa me está haciendo madurar más rápidamente. Entre actividad y actividad me entretuve en recolectar una serie de pautas para que el confinamiento pueda estimular mi creatividad y desarrollar mis propios recursos. Hoy hablé con mi tío, por videoconferencia, llamó para felicitarme, no hace más que mandar dibujitos para que pintemos, y hagamos manualidades, también audios con trabalenguas, adivinanzas y demás entretenimientos para pasar este tiempo de coronavirus, creo que está proyectando su aburrimiento y me dice esto sobre mi sensatez:

“La verdad Álvaro es que tus palabras me han impactado, la sensatez que demuestras me ha hecho recapacitar y replantear mi propio confinamiento. Que una personita de 6 años sea capaz de relativizar y sacar unas conclusiones tan positivas, es una lección que tendría que aprender, estos días en que la moral está rozando los mínimos. ¡Muchas felicidades sobrino, te quiero mucho y gracias por tus consejos tan útiles! Me voy a poner a ello”.

Mi tío está muy desconcentrado y desconcertado, el confinamiento le está haciendo mella, a los mayores esto del coronavirus les afecta de forma diferente, ellos diversifican los problemas. Tengo que hacerle comprender que el aburrimiento es una espera, una especie de varita mágica para encontrar o hacer aparecer algo. Cuando su cabecita loca dice: “¡Uf, me paro!”, tendría que animarla a ver lo que podría hacer, guiarla para que juegue con la imaginación y descubra hasta dónde llegar. De hecho, la falta de ganas, el hastío es un recurso. A ver si puedo hacer que lo entienda: “¿No tienes ánimo para seguir? Ya verás: dentro de ti, hay algo que va a aparecer de pronto; vas a tener una idea, ¡y será estupenda! Dentro de tu cabeza, tienes todas las herramientas que necesitas, pero ten paciencia. Y si esto no funciona, pues otra solución es ponerte frente a la tarea, a trabajar con el ordenador, o los libros, a la carga, a por el teletrabajo!. Salir del aburrimiento es una capacidad innata de todos, no solo de los niños. Lo que pasa es que nosotros lo tenemos muy claro. Lo importante es que la actividad rutinaria esté acompañada del aprendizaje, de la observación del entorno.

Tío no confundas la desgana con el desánimo, tienes que seguir con tus objetivos, no te dejes abatir. Si te da un poco de bajón, paras e intenta pensar en positivo: ¿Te aburres? ¡Qué bien! A mí me gusta aburrirme. Cierra los ojos, sueña, intenta pensar... ¡es muy agradable!  A veces está bien tener algunos ratos de parálisis, pero intenta disimularlo, engañar al aburrimiento. Y ya mañana continuas con el teletrabajo y te vas olvidando de la teleansiedad, de los teleproblemas, de la teletelevisión que nos asusta.

Pues eso, que mi sexto cumpleaños en tiempo de coronavirus está siendo un día sin aburrimiento, siento que cumpliera dieciséis o más, os he mandado invitaciones virtuales, que me ha diseñado mi tío recordando la liga de fútbol infantil. Voy a soplar las velas en streaming, y recibiré los regalos por mensajería, #YoLoCelebroEnCasa. Muchas gracias anticipadas, os espero conectado!