:: rap

Sentada en una silla una mujer
está leyendo un libro. En su portada,
una mujer está leyendo un libro,
en su portada una mujer está
leyendo, sentada en una silla.

Apoya los ojos en la lista de los medicamentos,
la inserta entre las once dimensiones que tiene la memoria,
cierra de golpe los pliegues de su vida.

(adiro, trangorex)

…del recuerdo, las hojas,
del tiempo, la parte más seca de los ojos,
del olvido, el olvido…

Una mujer está sentada en una silla.
Tiene un libro en las manos. Su portada
es la foto de un libro sin portada.

(covals, omeprazol,
arimidex, metamizol)

Como un niño psicótico,
ha perdido las frases y las duplicaciones
donde depositaba los acontecimientos.

Llama a su madre
en un desierto de lunas salicílicas.

(sintrom, dobupal,
plantabén, fosamax)
 
Olvida
que se olvida
que se olvida.


Amnesia con rap de fondo. _Pablo Martín Coble


imagen::calber. Intervención de “Muchacha con un libro” de Aleksandr Deineka

Pablo Martín Coble: Madrid, 1960. Licenciado en Ciencias Económicas. Es miembro de la Tertulia Poética «Indio Juan» del Ateneo Cultural 1º Mayo de CC.OO. de Madrid desde el año 2000. Ha publicado poemas en algunas antologías y revistas literarias como La hamaca de lona, Cuadernos de Vettonia, Habitando el olvido, Luces y sombras, Los que habitamos el sur, Los planetas alineados o Poeta de Cabra. Ha obtenido, entre otros, el Premio de Poesía Ciudad de Zaragoza 2007, el Premio Villa de Iniesta 2004 y el Premio Nacional de Poesía Ciudad de Hellín 2003. En 2008 ha sido Accésit del premio Internacional de Poesía José Verón Gormaz de Calatayud con su poemario Métodos del recuerdo, publicado por el Centro de Estudios Bilbilitanos. Premio de poesía Addison de Witt 2010.


Aleksandr Deineka: Kursk 1899 – Moscú 1969. Artista soviético, una de las más destacadas figuras del Realismo socialista. Destacó como pintor, cartelista y escultor. Estudió en la Facultad de Arte de Járkov. Fue miembro fundador de los grupos artísticos OST y Oktyabr. Sus primeras obras fueron monumentales y en ellas cantó las excelencias del trabajo, siguiendo el espíritu de la Revolución de Octubre. Pintó obras de exaltado tono patriótico y épico, como La defensa de Petrogrado (1928), que recibió grandes elogios por su vibrante composición, que rompía con la pintura historicista del XIX. Sus pinturas retratan a veces el sufrimiento de la guerra y también el entusiasmo heróico. En la década de 1960 pinta obras de carácter histórico en las que se recrea los primeros momentos de la Revolución de Octubre.