:: arte y abuelos

 
imagen::nicolás barahona - intervención por Jake Vaquero
 
:: Jake, tenía 6 años de edad cuando sus abuelos le llevaron a visitar Consuegra junto a sus hermanos. Los molinos de viento coronaban el cerro Calderico dibujando una estampa absolutamente única. Gracias al Quijote, es imposible pararse frente a ellos sin imaginar las andanzas del hidalgo y su escudero. Estos doce gigantes universales han vigilado desde lo alto el devenir de sus gentes desde el siglo XVI. Algunos años más tarde, el artista visual, en que aquel niño se ha convertido, ha sido capaz de transformar este episodio en material simbólico y plasmarlo en varias de sus obras. Esta visita, y el dibujo infantil que realizó, viene hoy a su memoria en el día de los abuelos. Anzieu afirma que el estado de juego es la razón de la infancia, como lo es también del estado poético; el niño no razona sino que juega con las imágenes de su pensamiento. La experiencia del niño es poca, pero su creatividad, su libertad para relacionar, suple a ese imaginario limitado.

Primeras ideas y reflexiones para el “trabajo de investigación sobre “Arte Infantil” de Jake Vaquero: A lo largo del siglo XX la pedagogía se han interesado por la función del Arte en la Educación Infantil. Los archivos de dibujo infantil pueden constituir bases de datos valiosas para iniciar investigaciones centradas en los valores para la formación integral del alumno. Sin embargo el arte infantil es un concepto muy discutido. La frase “en todo artista habita un niño” designa una realidad que incluye no sólo al artista sino a todo adulto hombre. Se trata de un concepto psicoanalítico que determina la dependencia del adulto de su propia infancia. Según Anzieu, una característica que distingue al artista de los otros adultos es la capacidad de recorrer, en ambos sentidos, el camino que le lleva hacia su infancia pues, aunque muchos adultos pueden recordar maravillosas escenas de su niñez, sólo el artista saca provecho de ellas al plasmarlas en su obra.