:: síncopa

 ::me he despertado concentrado en una palabra, ahora lo recuerdo con claridad, “cerveza”, supongo que es por el calor de agosto. El tiempo pasado desde esta idea inicial y la última de anoche es un misterio. Tras una sensación de sequedad he pensado en mi nombre. Hasta aquí, no he hecho ningún movimiento, tan solo un aleteo sutil de párpados, apenas un gesto para recordarlo, calber. Llego, en silencio, a la simple deducción de que es peculiar. Permanezco quieto, con los brazos pegados a mi cuerpo, la boca seca. Sabía que lo siguiente estaba a punto de suceder, soportar una carga, para empezar el día. Él sabe antes que yo cuando despierto, salta sobre la cama primero, y después sobre mi estómago. Se queda ahí parado, en el pedestal, como esperando algo, una medalla olímpica. Mi estómago ronronea, o es el suyo sobre el mío, por unos momentos dejo de pensar. Amasa con sus patas el primer pan de la mañana, despacio se desdice, y salta de vuelta al salón. Toca moverse, antes hago dos listas mentales, una de los calber que conozco y no son familia, la otra, escrita, empieza con “cerveza”.


imagen::calber

La historia de las lenguas demuestra que las palabras se van modificando con el paso del tiempo. El cambio puede hacer que las palabras pierdan —o añadan— algunas letras. Los fenómenos que provocan la supresión de vocales o consonantes de una palabra se denominan aféresis, síncopa, apócope y haplología. Todos estos procesos de cambio fonético forman parte de lo que se conoce como metaplasmos. En lingüística, la síncopa (del griego, syn- + kopein, “cortar, reducir”) es una figura literaria de dicción que consiste en la supresión de algún sonido dentro de una palabra. A lo largo de la historia, las síncopas han funcionado como un mecanismo evolutivo de los idiomas. Eso ocurrió con el paso de muchos términos del latín al castellano. Ejemplos del primer tipo: “calidus”,cálido, caliente a “caldo”. En el marco de una lengua, la síncopa también puede dar lugar a nuevos vocablos. Es habitual encontrar síncopas en el lenguaje coloquial, para favorecer la rima o adaptar un nombre o seudónimo, por ejemplo de “Carlsberg” a “calber”.