:: planetas

imagen::calber
Poster finalista del Premio Nacional de Carteles 2007. 
Caja Madrid. Tema: “Planeta Sano”


“Cielo”

arriba, más arriba aún, cerca del cielo,
donde se huelen las nubes y la atmósfera se hace vacua,
allí donde los ángeles resuenan rozando sus alas con esferas,
cerca de dios, de la estrella de cristal más delicada,
donde gira y gira el hispasat tocando el cosmos,
cerca del sol
donde acaba la escalera del inem,
un hombre se rocía el cuerpo en gasolina
y prende fuego

Sergio C. Fanjul. "La Crisis. Econopoemas”. Ya lo dijo Casimiro Parker, 2013. 
Del Carrefour a la Casa Encendida, del Planeta Imaginario, el blog de Sergio a mi poster sobre “Planeta Sano”. 

imagen::Pablo Martín Coble. Lavapies 2018. 
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Lavapiés es el meeting point de este selfie con Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) periodista y poeta, licenciado en astrofísica por la Universidad Complutense. Durante un tiempo intentó demostrar que el Carrefour de Lavapiés era el centro neurálgico de la más rabiosa cultura madrileña. Esa idea, quedó colgada en mi cerebro. Y yo quedé “infoxicado” con sus estados de facebook. Algunos de sus libros son "Pertinaz Freelance" 2016, “Inventario de Invertebrados” 2015; Premio Pablo García Baena, “La Crisis. Econopoemas” 2013. Aquellos años frecuentaba La Casa Encendida, metido en “cursos de poesía” y  exposiciones del “Premio Nacional de Carteles”. Cuando pasaba frente al Carrefour, inocentemente albergaba la posibilidad pseudointelectual de encontrar a sergio haciendo la compra. El supermercado era un recurso literario, el Macondo de su ecomodernidad. Ahora lo leo en El País escribir sobre tendencias y lo escucho en M21. La otra tarde, venía con el poeta Pablo Martín Coble de la Casa Encendida de un simposio sobre Cambio Climático, y al pasar por el Carrefour, Pablo se paró y saludó por su nombre a un tal sergio. Cuando lo vi, no daba crédito. Ahí estaba, en vivo, frente al super, ¡E vero!. Era el mismísimo Txe Peligro, el de los potitos, el de PlanetaImaginario, y las chinobirras. Me lo presentó. El verano tornó invierno y realidad. Soñé con una ciudad ruidosa con casas de paredes de espejo cuyo nombre era Macondo, de verdad!.