:: don quijote

SEGUNDA PARTE. CAPÍTULO XVIII. 
De lo que sucedió a don Quijote en el castillo o casa del Caballero del Verde Gabán, con otras cosas extravagantes
En acabando de decir su glosa don Lorenzo, se levantó en pie don Quijote, y en voz levantada, que parecía grito, asiendo con su mano la derecha de don Lorenzo, dijo:

—¡Viven los cielos donde más altos están, mancebo generoso, que sois el mejor poeta del orbe, y que merecéis estar laureado, no por Chipre ni por Gaeta, como dijo un poeta que Dios perdone, sino por las academias de Atenas, si hoy vivieran, y por las que hoy viven de París, Bolonia y Salamanca! Plega al cielo que los jueces que os quitaren el premio primero, Febo los asaetee y las musas jamás atraviesen los umbrales de sus casas. Decidme, señor, si sois servido, algunos versos mayores, que quiero tomar de todo en todo el pulso a vuestro admirable ingenio.

¿No es bueno que dicen que se holgó don Lorenzo de verse alabar de don Quijote, aunque le tenía por loco? ¡Oh fuerza de la adulación, a cuánto te estiendes, y cuán dilatados límites son los de tu juridición agradable! 

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::tantas veces oímos a los expertos resaltar la modernidad de El Quijote, pero hasta que no te toca no te das cuenta de lo que representa. Estoy encantado leyendo la segunda parte. No voy a descubrir nada pero los clásicos son una garantía: estilo, el trazo de los personajes, la amoralidad del enfoque y lo más bonito, la lección de solidaridad que nos deja El Quijote. Otra de las maravillas que sucede con este libro es que te va dando la razón, a lo largo del día te encuentras con sus aventuras en tu vida diaria. Decía Octavio Paz, que su valentía no es la confiada del héroe clásico, que se mueve en un orden inamovible, sino una máscara de la que se reviste el antihéroe para resistir la andanada del mundo. He escogido este paraje del capítulo XVIII por lo mismo, ahora que estoy a punto de ganar un gran premio literario, es increíble la modernidad con la que Cervantes se acerca a cualquier vertiente del hombre, del poeta, del artista y su vanidad. Una de las lecciones de Don Quijote, que te engancha, es como te propone un objetivo, crearte un sueño al que aferrarte y que de sentido a la vida.