Pedro Salinas
dice en un poema
que no quiere dejar de sentir
el dolor de la ausencia
de la mujer a la que ama
porque eso es lo único
que le queda de ella:
el dolor.
No recuerdo sus palabras exactas.
Él lo dice mejor que yo.
Eran otros tiempos.
Salinas está muerto.
La mujer a la que amaba también.
Pronto lo estaremos todos.
La vida es un mero parpadeo.
Abre los ojos
y ciérralos.
Roger Wolfe
imagen:calber
::la cal se desconcha en unos sitios y en otros se agarra agónica a la roca. Hay cuadros que se exponen en los exteriores, en ellos los retratos nos devuelven las palabras exactas, mantienen la ausencia congelada. Construimos altares con palmeras y naranjos, nos arrodillamos frente a ellos, lo más cómodos posibles para esperar. Estamos ahí fijos, frente a la luz negra con los ojos cerrados, frente a la sombra, todo el rato. Pero eso era antes, en otros tiempos, ahora el muro es una pantalla pegada a un cuerpo. Mide el tiempo, controla lo que sentimos, el dolor es la máquina. El móvil es el párpado del nuevo ojo que se enciende y se apaga anunciando la muerte.