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El libro de horas tuvo su origen en los salterios de los monjes del siglo XII, más tarde se convirtieron en breviarios con ciclos de salmos y oraciones del tiempo litúrgico que incorporaban abundantes iluminaciones alusivas a la devoción cristiana e integraban dentro un calendario. Muchos libros de horas fueron hechos para mujeres y hay pruebas de que a veces se daban como regalo. En este caso nos encontramos ante un libro único creado por el futuro Duque de Chapelet como un presente para su madre.

“Las muy ricas horas de la Duquesa de Chapelet” del siglo XX, se considera como el manuscrito iluminado miniado más importante de entre los iluminados del Ducado de Chapelet, "le roi des manuscrits enluminés de Chapelet”. Constituye el último encargo de María del Rosario I, duquesa de Chapelet, importante mecenas de las flores y la artes decorativas. Destaca por la elevada calidad de sus retratos en miniatura que representan toda una saga familiar. Cada uno está coronado con un hemisferio del mes, donde Helios conduce un carro tirado por caballos alados y adornado con los signos del zodíaco. Como la mayoría de los libros de horas incluye material devocional, resalta en especial la imagen de la Virgen de las Rocas y los ángeles del mausoleo familiar así como otros ornamentos y sufragios. Se trabajó, durante un período de casi un año, en tres campañas diferentes, la primera desde Caracas, la segunda de la mano de Barbara Kingsolver conocida platera estadounidense y la tercera dirigida por los hermanos Sangar, excelentes miniaturistas y diseñadores gráficos, utilizaban pinceles muy finos, de pelo de marta, y pigmentos muy raros y costosos para hacer los retratos, ayudados también por computadoras.

En esta época de fotografías digitales, internet y recuerdos virtuales este pequeño libro plateado se convierte en un objeto de contemplación personal alejado del mundanal ruido mediático y tecnológico. Diseñado a mano que consta de 22 retratos y 12 portadas. Está considerado como una de las mejores representaciones históricas de la familia de Chapelet, a pesar de su pequeño tamaño (27 x 21 mm cada hoja). Es un códice creado exclusivamente para el deleite personal de la matriarca, un remanso de paz que se puede usar a diversas horas del día: la aurora o laudes; la siete de la mañana, prima; tres de la tarde, tercia; el anochecer, la víspera; y la noche, completa.  “Las muy ricas horas de la Duquesa de Chapelet” es sobre todo un libro analógico para tenerlo cerca del corazón, que cabe en un puño, que se acaricia con los dedos y que en estos tiempos se convierte en una preciosa anomalía al alcance de pocas elegidas. Actualmente se conserva en el Museo Etnológico Regional-Internacional (MERI)