<Es cosa fatal, Guillermo. Mi actividad se consume en una inquieta indolencia; no puedo estar ocioso y, sin embargo no puedo hacer nada. Mi imaginación y mi sensibilidad no se conmueven ante la naturaleza, y los libros me causan tedio. Cuando el hombre no se encuentra a sí mismo, no encuentra nada. Te juro que muchas veces me alegraría de ser un jornalero para tener, al menos, al despertarme por la mañana, la perspectiva de un día ocupado, un móvil, una esperanza. Suele preocuparme esto durante una hora; pero cuando lo voy reflexionando y recuerdo la fábula del caballo que, cansado de su libertad, se deja poner la silla y la brida, para estar poco después rendido de fatiga..., no sé lo que debo hacer. Por otra parte, querido Guillermo, este deseo de cambiar de estado que me subyuga, ¿no será, acaso, una oculta e insoportable impaciencia que me perseguirá por todas partes?> Werther, Goethe
::una reflexión sobre los vínculos fronterizos de la experiencia hipersensorial (visto de reojo en el guasap de mi acompañante de bus, mientras yo hacía que leía Werther por enésima vez)
<Bajo y subo las escaleras y el timeline del guasap | No toca excusarse, ni comparar situaciones, ni hacerse la víctima, ni la confusión, ni mostrar los otros dolores, no toca todo eso pq la realidad es que no estás ahí y el dolor se reproduce. | Quizá en este punto tengamos q buscar un emoticón (una línea roja) para señalar por donde no debemos ir. | Mereces un corazón sin grietas y cambiar las piedras por amor, ni siquiera por palabras de amor>.