:: corpus - silla

 
imagen calber

::cantemos al Amor de los Amores. Después de varios años sin procesión, los paisanos esperan con ansia su Día Grande, uno de los tres jueves. Las sillas para ver en vivo y en directo la procesión del Corpus Christi de Toledo se pudieron alquilar desde hace unos días a partir de las 10 de la mañana en la web toledoentradas.es y también de forma presencial en el quiosco de la plaza de Zocodover, tal y como ha recordado la portavoz del Gobierno municipal, el precio será de diez euros, aunque en el caso de la venta online llevará aparejada una comisión de 1,20. "¿Es posible cantar al Amor de los Amores y prestarle adoración a este Dios-Amor que es y se llama “silla”, y cuya única expresión es servir a los más necesitados de descanso, por amor. No tengo palabras para describir lo que supone, para mí, vivir sentado el Corpus Christi; es una satisfacción y una maravilla tener una "silla". Cuenta la historia que “amor de los amores” fue el himno oficial del XII Congreso Eucarístico celebrado en Madrid, el año 1911, y que su letra fue obra del padre agustino Restituto del Valle, con música de Ignacio Busca de Sagastizábal, con dedicatoria a la infanta Isabel de Borbón. En los últimos años es "un verdadero desastre" comprar sillas para ver el Corpus porque no se conoce la ubicación exacta del asiento comprado, además tampoco se conoce si dará el sol porque no tienen un mapa como antiguamente, que se podía elegir el asiento en concreto. El “Tantum ego, sacramentum...” latino, de nuestros primeros amores litúrgicos, es lo que hay que canturrear en los actos de fervor, con piedad, amor, plástica y entendimiento visual. En castellano, o en latín, se trata de entrenzar aquí y ahora un ramo de sugerencias en el entorno de la festividad del Corpus Christi, fiesta grande de Toledo, que comenzó a celebrarse en la ciudad de Lieja en 1246 y que se estableció en 1264 por el papa Urbano IV en la Iglesia universal. Los tiempos, las personas y la teología no son hoy lo que eran, aunque lo sigan siendo substancialmente. Con lenguajes, gestos, convicciones, ritos y amor al arte seguiremos guardando nuestra silla. Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. Al Corpus-Corpus, como festividad que cansa –teología, liturgia y estilo de vida-, le sobra corpus y le faltan sillas. Oh rara caridad y real fineza, oh dulce memorial; Dios está aquí con toda su riqueza, con su cuerpo y sangre divinal.