Abraham tenía 99 años cuando Yavé se le apareció y estableció una alianza con él. Su esposa, Sara, no había podido darle un hijo, sin embargo, mujer sabia y comprensiva, permitió que engendrara a su esclava, Agar, naciendo así un hijo de ambos: Ismael, a quien Yavé convertiría en el fundador de muchas naciones. Yavé hizo posible, que Abraham tuviera un hijo con Sara: Isaac que, a su vez, tuvo dos hijos gemelos con Rebeca: Ezaú era cazador diestro y hombre de campo, Jacob era un muchacho mesurado que permanecía en su casa. Un día, el primogénito, llegó a su casa con mucha hambre y le pidió a su hermano un plato de lentejas. Jacob le dijo que se lo daba a cambio de los derechos de la primogenitura. Ezaú aceptó y así entregó sus privilegios.
imagen:calber
::comiendo un plato de lentejas en medio de la lluvia, en la terraza de un restaurante de la sierra norte colombiana. Lo que dan de sí unas legumbres. Desde esta historia, las lentejas son vistas como una paradoja: «no valen gran cosa, o valen todo si es que hay hambre».
Y hay un montón de temas relacionados: el hierro, sodoma y gomorra, el sacrificio de Isaac, la escalera de Jacob . Pero de esto hablo otro día, que tengo que pensar el menú de mañana.